Carla Bruni y Nicolas Sarkozy: 10 años de un matrimonio en el que pocos creyeron
Un buen sexo, amistad y fidelidad son los secretos de esta pareja que nació en el Elíseo con la sospecha de que era un montaje para beneficiar al entonces presidente
Cuando se hizo pública la relación de Carla Bruni con Nicolas Sarkozy semanas después de que el político se convirtiera en presidente Francia, pocos daban un duro por la pareja. Pero el próximo día 2 de febrero cumplen su décimo aniversario -aunque comenzaron a convivir antes- y todo indica que en plena forma. Su relación salió a la luz en diciembre de 2007. "Estamos muy enamorados", proclamó Bruni. "La nuestra es una auténtica historia y no un amorío organizado por un experto en imagen". Lejos del Elíseo, la cantante ha recuperado su carrera musical. Un nuevo trabajo la traerá a Bruni a España el próximo miércoles. Se trata de French Touch, compuesto por versiones de 11 temas de artistas como The Rolling Stones, Depeche Mode, AC/DC, Lou Reed o ABBA entre otros. En esta gira ha hablado de su vida personal y desvelado algunos de los secretos de un matrimonio en el que muy pocos creyeron.
El sexo. "Me sigue atrayendo mi hombre. El sexo con él también es fantástico. Me aseguro de que siempre haya un poco de misterio”, ha desvelado Bruni. “Creo que es importante sentirte muy atraído por la persona con quien te casas. Cuando en una pareja ya no hay ningún misterio y no se desean el uno al otro, es cuando se sienten tentados a engañarse, a mentir y, entonces, se acabó”, ha dicho la exprimera dama.
Deseo y amistad. Bruni cuando era primera dama callaba, pero ahora habla sin cortarse. "En un matrimonio, debe haber deseo y amistad por ambas partes. Cuando él vivía en el hermoso palacio que es el Elíseo”, ha contado Bruni a la web estadounidense de moda y estilo Refinery29. “Si no tenía cenas de trabajo, yo le llevaba todas las noches a casa para que pudiéramos compartir una comida y hablar juntos, porque somos amigos. En una relación también debes de estar muy cómodo, porque solo fuego y pasión conducen a la destrucción”, ha añadido a este medio.
Alcohol. La ex primera dama vivió antes de conocer a Sarkozy una existencia muy diferente, en un mundo de artistas en el que abundaban los excesos. "Nicolás me salvó de ser alcohólica", declaró en una de sus últimas entrevistas al diario The Times. "Él nunca bebe, ¿puedes creerlo? Me encanta el vino y el champán, pero no bebo si no somos dos. No voy a abrir una botella para mí, porque no es muy divertido beber solo", dijo.
Fidelidad. También se declara una mujer fiel. Ella que hace años tuvo parejas abiertas y huyó de los compromisos. "Si me enterara de que mi marido me engaña, me lo tomaría muy mal, realmente mal, eso seguro. Podría llegar a cometer alguna atrocidad, como cortarle la garganta o las orejas mientras duerme, por ejemplo", ha confesado. "Creo que hay que evitar serle infiel a tu pareja si se puede, es algo muy peligroso. Es uno de los caminos que acaba conduciendo a la separación. Además, desde mi punto de vista la fidelidad es una condición esencial en un matrimonio", ha añadido.
Política. En 2014, Carla Bruni aseguró que odia la política y el reflejo que la prensa ofrece de ella, pero su presencia en la vida de Sarkozy ayudó a conformar la imagen de un político felizmente casado, un sentimental dispuesto a reconducir a Francia por el buen camino. “A Nicolas le gusta resolver los problemas”, aseguró. “Yo prefiero no tenerlos”.
Hijos. Son padres de una niña en común, Giulia, de seis años, y ella tiene otro hijo, Aurélien de 15 años, fruto de su relación con el filósofo Raphaël Enthoven. De Aurélien, se sabe que quiere ser paleontólogo, que es comunista y amante del heavy metal, pero quizá lo que más sorprende es que, junto a su amigo Julien, tiene un canal en YouTube, Motorsport Gigantoraptor, que cuenta con 33.000 seguidores, en el que habla de manera sencilla sobre temas científicos.
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