Secreto de voto
Con ocasión de las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña el 21 de diciembre, se repetirá una vez más una curiosa anomalía que se produce en todas las convocatorias electorales desde el restablecimiento de la democracia en España. Me refiero a la nula obligatoriedad del secreto de voto. Desconozco si esta carencia se debe a un defecto en la normativa vigente o a la falta de aplicación de la misma, pero lo cierto es que abre la puerta al control y la coacción por parte de terceros y, en consecuencia, atenta contra la libertad de los electores. En el clima de alta tensión que se vive en Cataluña en la actualidad, con una lacerante división en el seno de familias y grupos de amigos, la inexistencia de una garantía de confidencialidad tiene el potencial de alterar el resultado de la votación. No se trata solo de respetar una norma, sino que la observación de las formas es lo que precisamente determina el carácter democrático de un sistema político.— Pedro del Carril.
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