10 fotosDe una lata a un violín¿Es posible transformar basura en instrumentos musicales?El PaísMadrid - 16 dic 2017 - 12:38CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceDe la mano del lutier Fernando Solar han salido muchos instrumentos: violines-lata, botellófonos, paegongs, contrabajos de decoración pop, maracas de yogur. En su taller, Solar se encarga de transformar basura en criaturas musicales. Sus creaciones pasarán a manos de los niños de 'La música del reciclaje', el proyecto español hermano de la orquesta de Cateura, en el que jóvenes del colegio público Núñez de Arenas y de la residencia materno-infantil Villapaz de Pozuelo aprenden música, fabrican sus propios instrumentos y participan en el concierto de fin de año de sus amigos paraguayos.INMA FLORESEn la orquesta española hay 18 violines, tres chelos, cuatro guitarras, flautas y todo tipo de percusión. Son artilugios bellos y únicos. "Cada pieza es diferente a las demás y muchas están decoradas por los propios niños", señala Solar, que imparte un taller de construcción de instrumentos para niños. Si no son músicos, dice divertido, al menos que sean lutieres.INMA FLORESSolar muestra cómo montar un violín. "La caja es madera que proviene de palés o embalajes desechados", detalla. "El cuerpo, una vez ensamblado, se forra con latas de refresco previamente limadas". Como cordal, la pieza que sirve para estirar y dar tensión a las cuerdas, el lutier usa tenedores, un objeto que otorga a los instrumentos un toque muy reconocible. "En el contrabajo hemos puesto una espumadera porque el tenedor no sujetaba".INMA FLORES"El proceso es sencillo, al final son cuatro o cinco pasos. Lo importante está en adaptar lo que tienes, que no es mucho, a lo que quieres hacer", destaca el lutier. "Ahora al hacer la compra ves los envases con otros ojos y dices 'uy, esto me puede venir bien'"."La cabeza del violín está laminada", explica Solar, "así los niños la pueden trabajar con una segueta". Las piezas se pegan entre sí buscando la consistencia necesaria. Luego se ensambla el diapasón, en riguroso negro, que el lutier talla en madera o recoge de algún violín que ya no vale.INMA FLORES"Este violín de aquí [el de la imagen] es cilíndrico", explica el artesano. "Y tuvimos que pensar cómo adaptarlo para poder poner la barbada [la pieza donde se apoya la barbilla]". En sus manos desprende un sonido templado y recogido. "En función del cuerpo suenan más o menos metálicos", ilustra.INMA FLORESAl construir cada violín, Solar tiene dos cosas en mente: que suene y que sea cómodo de tocar. Y vaya sí lo consigue: con ellos, los miembros del proyecto español han interpretado clásicos como un arreglo entre 'La Tarara' y 'Entre dos aguas' o la 'Sinfonía del Nuevo Mundo' de Dvořák.La decoración, los materiales y el sonido varían con cada creación. "Los instrumentos han ido evolucionando", detalla Solar. "Los que se aproximan más a un violín tienen una caja de madera, pero al final, según los materiales usados, todos tienen su tímbrica característica".INMA FLORES"Nos basamos en el recipiente inicial, en este caso [el violín de la imagen] un molde de pastelería", ejemplifica Solar. No todos pisarán el escenario: "Algunos los desechamos por la forma o la altura, que igual no es del todo ergonómica. Intentamos asimilar el recipiente lo máximo posible al instrumento real".INMA FLORESY como extra, maracas sonrientes. Los niños que acuden al taller de Solar empiezan a trabajar con envases de yogures, botellas y botecitos de plástico. "Unas maracas se hacen en una mañana", dice Solar. "La primera clase hacemos percusiones de este tipo. Los chicos salen de clase con la sensación de que pueden hacer algo dede el primer momento".INMA FLORES