14 fotosRetratos de partos: la tendencia a normalizar las fotos del nacimientoVarias fotógrafas españolas se especializan en esta temática y cada vez más madres solicitan su servicio para rememorar un momento únicoAdrián Cordellat13 dic 2017 - 16:11CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace“¿Qué mejor momento para inmortalizar que el nacimiento de un hijo? Además es un momento en el que ningún miembro de la familia puede hacer fotos, así que contratar a un fotógrafo se hace más importante si cabe”, afirman María Fernández y Heber Longás, autores de la web lafurgoteta.com. Su segunda hija, Olimpia, nació tras un parto en casa y para ellos la idea de tener a un fotógrafo capturando el instante y todos los momentos previos, “surgió como algo natural”.Eva Gascón“El nacimiento de un hijo es una experiencia vital muy intensa y emocionante que marca un antes y un después en tu vida así que es normal que te plantees poder tener imágenes del momento que te permitan evocar todas las emociones vividas y compartirlo en el futuro con tu hijo o hija”, argumenta la fotógrafa Mireia Navarro, cofundadora junto a Victoria Peñafiel del proyecto 40+2 Fotografía, que reconoce que aunque no se puede hablar de boom, en España sí que ha empezado a haber parejas que empiezan a ver “el valor que tiene la fotografía de parto” y que quieren contar con esta experiencia.Mireia NavarroLa prueba es el surgimiento de la Asociación Española de Profesionales de la Imagen del Nacimiento (AEPIN), aunque como reconoce su presidenta, Eva Gascón lo cierto es que la fotografía de parto y nacimiento aún está lejos de alcanzar la normalidad con la que se ve en Estados Unidos u otros países europeos como Holanda, en los que según Gascón, a la mayor cultura fotográfica se suma “una corriente de partos más conscientes, una mayor tasa de partos en casa y una mayor flexibilidad dentro del sistema hospitalario en cuanto al número de acompañantes en el momento de parir”.Mireia NavarroMaría y Heber contrataron a Eva Gascón para fotografiar el parto de su hija Olimpia. Merendaron juntos un par de veces antes del parto y hablaron con la fotógrafa de su visión del mismo y de qué tipo de fotografías querían. “Esto para nosotros era muy importante porque no queríamos fotos edulcoradas, queríamos fotografías del parto en estado puro, de nuestra hija mayor, de los momentos posteriores al parto... Conocer al fotógrafo que va a estar ahí ese día es primordial; tiene que conocer tus expectativas y tú tienes que estar seguro de que entiende lo que es un parto, los tiempos, los momentos más importantes”, explican.Mireia NavarroEsas reuniones previas son habituales y, según Mireia Navarro, “cruciales” para que, llegado el día del parto, se haya establecido una relación personal que permita a todos los participantes “estar más cómodos y relajados”. Además, y como añade Eva Gascón, en el caso de un parto en casa esas quedadas permiten a los fotógrafos tener “acceso directo al lugar donde se va a producir el parto y al equipo médico que lo va a llevar”, con el que también se reúnen para conocerse mutuamente y saber cómo trabajan para llegado el momento “no ser una molestia”.Eva GascónPorque el día del parto, explica Gascón, el trabajo del fotógrafo consiste en realidad en hacerse invisible. “La fotógrafa estaba pero no estaba, hacía su trabajo pero apenas se notaba su presencia, sabía cuál era su función y cómo acercarse al proceso de parto sin interferir: tengo recuerdos de ella sentada en el suelo, junto al piano, respirando conmigo. Mi marido bromeó con ella diciendo que se movía silenciosa como un ninja”, rememora María Fernández. “Siempre digo que si hay alguien que al cabo del rato se sorprende por notar mi presencia, o si la frase de los padres es algo como “nos habíamos olvidado de que estabas aquí”, es que estoy haciendo muy bien mi trabajo”, añade la fotógrafa.Eva GascónEsa invisibilidad la consiguen moviéndose con sigilo y estando siempre en el sitio adecuado en el momento adecuado, para lo que es fundamental tener un gran conocimiento del proceso de parto; no utilizando el flash, pese a la penumbra que suele reinar en los partos domiciliarios, y haciendo uso de lentes para documentar la acción sin interferir en el movimiento de la parturienta y de las matronas. “En general hay muy poca luz, poco espacio y muy poca posibilidad de elegir tu posición y punto de vista en ciertos momentos”, admite Mireia Navarro.Eva Gascón“Sigo teniendo reacciones de mujeres que, al explicarles lo que hago, me miran con extrañeza y me preguntan por qué querrían recordar ellas cómo estuvieron tumbadas en una cama con la cara roja cada vez que empujaban y con los pelos enmarañados”, cuenta Eva Gascón, que considera que hasta hace poco, y aún hoy en muchas ocasiones, la predisposición que tiene la mujer cuando va a dar a luz “no es la de estar viviendo un momento bello en el que ella es parte activa”.Mireia NavarroPara María y Heber la fotografía de partos causa extrañeza “porque el propio proceso del parto nos resulta extraño”. Al respecto, lamentan que éste se vea como algo “feo”, como un proceso en el que únicamente hay sufrimiento, como si lo bonito solo fuese el embarazo y el bebé ya nacido. “A nosotros nos parecen preciosas las fotos en las que la madre está en el período de dilatación, moviéndose, aferrada a su pareja o la persona que la está apoyando, el momento de los pujos en los que se puede ver la fuerza que tiene una mujer”, afirman.Mireia NavarroEl trabajo de los fotógrafos de parto está muy ligado, según Eva Gascón, a un parto consciente, “un parto donde la mujer está informada, puede recibir el apoyo que requiere y siente que es algo que ella puede hacer”. Una mentalidad en la que Mireia Navarro reconoce que se ha avanzado en los últimos años, aunque matiza que aún queda mucho camino por recorrer: “Creemos que desde la fotografía podemos aportar nuestro granito de arena para dar visibilidad al hecho de que hay otra manera de nacer en la que la madre informada es partícipe de sus decisiones y se siente acompañada. Una forma de nacer sin intervenciones innecesarias, con más empatía y más centrada en la mujer”, reflexiona.Mireia NavarroLa mayoría de las fotografías de parto en España se toman en el domicilio, en parte por las reticencias de los centros hospitalarios a dejar entrar a las fotógrafas. Una reticencia, según María Fernández, derivada de esa pendiente normalización del proceso de parto: “El día que veamos el parto como lo que es, como un proceso natural y bonito en el que puede haber dolor pero no sufrimiento, en el que la mujer pueda adoptar la postura que prefiera, en el que la familia sea protagonista de ese momento, será el día en el que los fotógrafos entren en el paritorio como un miembro más del equipo que apoya al nacimiento”.Mireia NavarroY ese día parece que va llegando. Paso a paso. De momento de manera casi excepcional, aún a cuentagotas y con “muchas trabas”, como apunta Mireia Navarro, para poder trabajar en la mayoría de hospitales. De hecho son muy pocos aún los que tienen establecido un procedimiento que contemple la posibilidad de que en el parto entre un segundo acompañante para hacer fotos. En otros en los que no existe un protocolo específico las fotógrafas se ven en la necesidad de gestionar permisos caso a caso, algo que no es del todo negativo si tenemos en cuenta que aún hoy “en algunos centros ni siquiera están dispuestos a hablar del tema”.Mireia NavarroSegún Eva Gascón desde AEPIN tienen que seguir haciendo una labor de “difusión en los hospitales” para que entiendan que, dejando pasar a un profesional dedicado a capturar las emociones del momento del nacimiento, “están respetando un deseo que crece entre las madres que viven conscientemente el momento del parto y que eligen sus instalaciones porque se sienten confiadas que de que van a tener un parto seguro y respetado”. Normalizar el parto, su belleza, sus riesgos y sus fortalezas es un camino que tal y como afirma la presidenta de AEPIN pueden recorrer juntos el personal médico y los profesionales de la imagen del nacimiento. La prueba es su trabajo codo con codo con las matronas que atienden los partos domiciliarios, con las que conectan “sin excepción”.Eva Gascón“Al principio es normal que tengan ciertos recelos sobre nuestra presencia en un entorno tan sensible en el que está en juego la salud de madre e hijo”, concede por último Mireia Navarro, que explica que cuando los profesionales sanitarios ven que son conscientes de ello y que su manera de trabajar no es nada intrusiva y está supeditada a sus necesidades, dejan de existir los problemas y las reticencias. “Hay ginecólogas o comadronas con las que hemos trabajado ya varias veces, con las que tenemos relación e incluso nos facilitan mucho nuestro trabajo”, concluye.Eva Gascón