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Según algún biógrafo, a James Dean, fallecido en 1955 a los 24 años, le gustaba repetir esta frase: “Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver”. Se trata de un viejo dicho anglosajón que ha pasado por diferentes versiones hasta que quedó más o menos acuñado por el novelista Willard Motley en 'Llamad a cualquier puerta' (1947). La frase fue el gancho que se escogió para anunciar la película basada en el libro de Motley, protagonizada por Humphrey Bogart y dirigida por Nicholas Ray en 1949. Desde entonces, y prácticamente hasta el advenimiento del punk, la sentencia ha servido para definir un estilo de vida de la juventud, basado en exprimir el presente sin pensar en el futuro. En la imagen, el actor James Dean en el rodaje de la película 'Gigante', en 1955.
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La historia detrás de 30 frases que cambiaron el mundo

Son declaraciones de personalidades de la política, la cultura, la ciencia y el deporte. Después de ellas, nada volvió a ser igual

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