16 fotos17 frases de Homer Simpson para que tu mes de agosto no sea la ruina de todos los añosYa te quedes trabajando o estés de vacaciones, su sabiduría te ayudará a ser más felizElena Horrillo28 jul 2017 - 10:43CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceNo nos engañemos. Somos perfectamente capaces de vernos pronunciando estas palabras mientras cae sobre nosotros el sopor veraniego en forma de siesta inmovilizante. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.Es verano, estás de vacaciones y cualquier preocupación debería, al menos, tenerlo un poco complicado para llegar a la parte de tu cerebro en la que residen las cosas que te importan. Así que aprovéchalo y disfruta de todas las opciones que tengas y te apetezcan. 'Juego de Tronos' nos enseñó que el invierno es duro, así que aprovechemos a tope el verano. Ya nos pondremos a dieta a la vuelta.Esta perla de sabiduría de Homer Simpson resume en once palabras toda una lógica para cultivar y llevar a cabo durante la época estival. Porque, ¿qué mejor que el verano para que nos dé exactamente igual un montón de cosas las entendamos o no?Seguramente mientras leías esto, en tu cabeza han empezado a dibujarse con implacables letras de neón las sílabas de ‘Des-pa-ci-to’. Ni siquiera Homer puede hacer nada para evitar que vayas a escuchar la canción de Luis Fonsi una media de tres veces al día este verano.Hay que reconocer que los capítulos especiales en los que la familia Simpson se desplaza a otros lugares añaden diversión a la serie. Desde la India, a Tokio, pasando por Australia, Francia o Irlanda. Y en todos, se retrata con maestría cómo los turistas forasteros se enfrentan a la idiosincrasia local. Como auténticos paletos, claro.El que no se consuela es porque no quiere. Y sí, existe esa gente que veranea en su yate en alguna isla en la que los delfines nadan suavemente a tu lado en vez de tener que esquivar niños y pelotas de goma. Y sí, podrías sentir envidia, pero ¿sabes qué? Eso es: ¡nunca tendrán un dinosaurio!Obviamente todos -menos Homer- sabemos que no puede hacerse, que no es posible, que en el mundo normal, lejos de la televisión, sería una idea impracticable desde el primer minuto pero… sería tan bonito eso de la nevera.El ejemplo perfecto de esta frase, especialmente a lo que verano se refiere, es el Tour. La gente ve el Tour -preferiblemente en un sofá cómodo, recostado, a media luz y con una apacible siesta acercándose- pero no quiere -y menos a esas horas y con este calor- hacerlo.Trabajar en verano cuando todos tus amigos te bombardean con fotos idílicas en la playa es una tortura que no disminuye ni aunque pienses en cuánto tiempo habrán gastado en sacar cada una de esas fotos que parecen tan casuales. Además, la oficina está vacía y procrastinar parece la única salvación posible. Al menos hasta que llegue septiembre.Asumamos esto. Los eventos deportivos en verano tienen un aura de ‘pachangueo’ imposible de eliminar. Flota en el aire de la misma manera que lo hace la casi obligatoriedad de continuar la actividad en el bar más cercano. Y eso, Homer lo sabe. Todo sea por fomentar la deportividad y dejar de lado la competitividad malsana.No es casualidad que en muchas de las mejores películas de terror lo que más miedo da es la aparentemente inocente cara de un niño que de repente sonríe. Y no hace falta que sean como Bart, el verano les da múltiples herramientas para el mal: arena, agua, palas, pelotas... Cualquier elemento puede, y posiblemente será, utilizado en tu contra.Las vacaciones de verano con tu familia son una especie de cena de Nochebuena ampliada que puede conllevar catastróficas consecuencias porque siempre habrá algo que salga mal. Lo que hay que intentar, simplemente, es que la culpa no sea tuya.Esta es una pregunta que pasa por la cabeza que casi cualquier empleado una media de 16 veces al día, 24 si es lunes o viernes. En verano, se suele coincidir menos con los jefes, lo que hace que sea menos insistente pero, también, que la ensoñación sea más duradera. Homer lo sabe bien.La sabiduría de Homer no tiene parangón y lo demuestra una vez más con una frase que con el estío llega a su máximo exponente. Prácticamente cualquier plan veraniego mejora si se le añaden amigos y cerveza. Y si no es así, quizás lo que falle sea precisamente el plan.Todos tenemos algún amigo así. Conocen mejor los porcentajes de grasa de los alimentos que el número de teléfono de su madre. Así que la conga de Homer, Marge y Bart ante una vegetariana Lisa es el sueño de cualquiera que tenga un amigo de esos que, ni en verano, esté dispuesto a tomar una patata frita. Eso sí, se cansará de babear en la lejanía por las tuyas.No vamos a hacer apología de la mentira, diga lo que diga Homer. De ninguna manera. Pero no decirle a tu amigo del alma que habías confundido su bañador de flores fluorescentes con un chaleco reflectante y resaltar en cambio que su elección facilita que hasta el más miope localice a vuestro grupo en la playa, eso no es una mentira. Y él se lo cree.