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En colaboración con:Bill & Melinda Gates Foundation

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Tierras improductivas

Un programa financiado por el Gobierno sueco para reducir la pobreza en Mozambique mediante la inversión privada ha acabado por empeorar las cosas para los vecinos de la zona donde se planteó

Mozambique - 05 ene 2018 - 08:07CET

Dos nietos de Nconda persiguen a una gallina en su granja en Lichinga, Mozambique.

Un pueblo del distrito de Sanga situado junto a la plantación de Chikweti (actualmente propiedad de Green Resources).

El paisaje de Niassa se caracteriza por las grandes extensiones de bosque, los campos de cultivo de maíz y girasol, algunos macizos rocosos dispersos que alcanzan los 1.000 metros de altitud, y en la actualidad, también por las hileras de pinos y eucaliptos cuidadosamente alineadas.

Dos niños de Sanga vuelven del campo cargados de maíz.

La mujer del régulo (jefe del pueblo) Sultan Licole limpia el porche de su casa en la población agrícola de Lincole.

El agricultor Dino Alberto y dos chicos del pueblo se dirigen al campo de maíz de Dino en el pueblo de Chelecoa. Algunos agricultores de la vecina población de Txepa afirman que los representantes de las empresas con sede en Niassa que fueron a visitar la población les prometieron semillas gratis. Después, la misma cantidad de semillas que les prometieron se vendió en el mercado local.

Plantaciones de Green Resources cerca del pueblo de Nconda que han sido objeto de ataques e incendios provocados. La señal de Green Resources ha sido destrozada. La base está cortada a machetazos y el logotipo de la empresa, arrancado y tirado en el barro.

Dos policías cruzan la rotonda principal del centro de Lichinga.

Un grupo de jóvenes descansa después de hacer su turno en una chatarrería local próxima al mercado de Cuamba. Cada vez más gente se marcha a los pueblos más grandes y a las ciudades en busca de trabajo.

En un campo cerca de Cuamba, los restos de un tanque recuerdan la guerra civil. Cuando, en 1975, Mozambique se independizó de Portugal, sobrevino una dolorosa guerra civil que se prolongó 15 años.

El tren que cubre el trayecto entre Cuamba y Lichinga circula dos veces por semana. Está previsto que el viaje dure seis horas, pero la realidad es que suele durar entre 10 y 12, ya que se estropea con frecuencia. Las largas esperas son una suerte para los agricultores locales, que tratan de vender sus productos mientras el convoy está detenido.

Dos adolescentes en una colina en el límite del pueblo de Matemangue. La población y una de las plantaciones de Green Resources están divididos por un río. Muchos jóvenes del pueblo están en paro.

Una radio alimentada por un panel solar en el patio de la casa del régulo (el jefe del pueblo) en Liconhile (Sanga).

Dos hombres juegan al bao, un juego de mesa tradicional de la familia del mancala, en Naycuanga, un pueblo agrícola del distrito de Lago. El bao es muy popular entre los suajili de África oriental.

Un joven agricultor se toma un descanso de sus tareas en el pueblo agrícola de Txepa, en el que la mayoría de los campesinos viven de cultivar la tierra a la manera tradicional.

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