El regreso más emotivo de Antonio Orozco a los escenarios

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La noche de ayer fue doblemente emotiva para Antonio Orozco. En primer lugar porque volvió a actuar después de suspender su gira por España por el fallecimiento a los 41 años de Susana Prat, la madre de su único hijo Jan, ocurrido el pasado 26 de octubre a consecuencia de una larga enfermedad a la que hizo frente durante los últimos meses.

El cantante a quien se pudo ver muy afectado en el entierro de su expareja, canceló los conciertos que tendría que haber dado en Fuerteventura, Las Palmas, Tenerife y Santiago, y ayer por la noche volvió a coger el micrófono para subirse al escenario del Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas (Madrid). Allí la música volvió a ser su bálsamo, pero además vivió otro gran momento emocional que no podía imaginarse.

Marina Arraz, una de sus admiradoras incondicionales desde hace años, reservó dos asientos en primera fila para ir acompañada de su abuela, Rosa Martín, de 97 años, y Antonio Orozco bajó del escenario, cogió su mano y cantó para ella, mientras la nonagenaria disfrutaba de un momento que fue especial para ambos. Cercano y cariñoso, Orozco no dudó en acercarse a ella para cantarle trozos de varias canciones y la anciana, que disfrutó a la grande de la noche, no paraba de decirle “¡Qué bien cantas!, ¡Qué buena persona eres!”.

El concierto que en principio debía durar dos horas, se prolongó más porque Antonio Orozco se empeñó en demostrar su profesionalidad y lo a gusto que estaba con el calor que le trasmitió el público en todo momento. A ellos, y sin perder de vista, a su admiradora más longeva, les regaló algunas canciones más acompañado solo por su guitarra. La emotividad estuvo a flor de piel durante toda la actuación, pero llegó al clímax cuando interpretó Tres corazones, una canción que dedicó a su expareja cuando estaba embarrada de su hijo Jan, que ahora tiene 11 años. "Tres corazones, tengo tres corazones, los dos tuyos, este mío cargadito de ilusiones. Otra vez te contaré los golpes que te van viciando, que llevas parte de mí adentro, que junto sumaremos uno".

Orozco mantenía con Susana Prat una excelente relación a pesar de su ruptura sentimental y juntos mantenían una sociedad dedicada a la compraventa de mobiliario y artículos para la casa.