Austria se reencuentra con su pasado nazi
La posibilidad de una coalición de Gobierno que incluya al partido xenófobo FPÖ preocupa la prensa internacional
Hace 17 años, toda Europa tenía los ojos puestos en Austria. El partido Liberal Austriaco (FPÖ), fundado por exnazis y liderado entonces por Jörg Haider, se abría paso en el Gobierno del conservador Wolfgang Schüssel, tras quedar segundo en las elecciones legislativas de 1999 con un 27% de los votos. La irrupción de la ultraderecha en el país suscitó una oleada de indignación tanto dentro de las instituciones europeas —la UE amenazó con tomar sanciones diplomáticas contra Austria— como en la opinión pública, con numerosas manifestaciones de protesta en Europa.
Una situación a punto de repetirse, según la prensa internacional. Sus editoriales, dedicados a la victoria, el pasado 15 de octubre, del joven líder del conservador Partido Popular (ÖVP), Sebastian Kurz, alertan del riesgo de que por segunda vez, el FPÖ —que llegó tercero con un 26% de votos, detrás de los socialdemócratas del SPÖ (27%)— vuelva a formar parte de la coalición de Gobierno. La sombra del populismo y de la xenofobia planea otra vez sobre Austria y amenaza a Europa, señalan con inquietud los editoriales de The New York Times, The Guardian, Financial Times y Le Soir.
La esperanza suscitada por la derrota de los partidos de extrema derecha en las elecciones francesas y holandesas ha sido breve, recalca The New York Times. Bajo el título “el retorno del pasado nazi de Austria”, el diario estadounidense recuerda que el mes pasado, Alternativa para Alemania (AfD) “se convirtió en el primer partido de extrema derecha en entrar en el Parlamento alemán desde la II Guerra Mundial, consiguiendo un 13% de los votos y 94 escaños".
Según la publicación, Kurz, que con 31 años pasaría a ser el presidente de Gobierno más joven de Europa —los resultados definitivos se promulgarán el jueves 19—, “consiguió refrescar y rejuvenecer al aburrido partido conservador”. Pero no a su programa basado en la instrumentalización del temor provocado tanto "por los 90.000 migrantes que Austria acogió entre 2015 y 2016, acusados de beneficiarse de las ayudas sociales a costa de los trabajadores austriacos, como por la inmigración musulmana percibida como a una amenaza para la cultura y la seguridad” del país. El diario considera que si Kurz realmente quiere liderar un cambio de política y “crear una nueva cultura”, leitmotiv de su campaña electoral, “tiene para ello que rechazar la coalición con el FPÖ y su pasado nauseabundo” y aliarse con los socialdemócratas o con los demás partidos minoritarios.
“Una amenaza antigua con un rostro nuevo”, titula The Guardian su editorial, en el que lamenta que el FPÖ se haya convertido en “un aliado intocable” para los partidos de Gobierno. “Que la Unión Europea no trate a un Gobierno a punto de aliarse con el FPÖ de paria es llamativo”, destaca la publicación tras comparar la preocupación que dominaba Europa, e incluso países de Oriente Próximo —Israel retiró a su embajador— en 2000 con el actual relativo silencio de la comunidad internacional.
El “planteamiento fatalista” adoptado por la UE tiene tres explicaciones, analiza el diario: el líder del FPÖ, Heinz Christian Strache, ha conseguido edulcorar la imagen neonazi de su partido suplantándola por un discurso islamófobo compartido por numerosos austriacos; Kurz ha logrado “reinventar” el ÖVP y dar un rostro “juvenil e implacable al populismo”; el repunte del miedo al desempleo y la inmigración en una sociedad “que desde el asedio turco de Viena en 1683 siempre se ha visto a sí misma como la defensora de cristiandad”. The Guardian alerta del riesgo de que una futura coalición ÖVP-FPÖ provoque el acercamiento del país con Hungría y con la política antiinmigración y xenófoba de su presidente, Viktor Orbán. “El populismo en Europa toma diferentes formas pero está lejos de estar muerto”, apunta el diario británico recordando que la crisis que enfrenta Cataluña con España es una prueba de ello.
Se puede leer la misma preocupación en el editorial de Financial Times que además recalca que el FPÖ consiguió su mejor resultado de las últimas dos décadas en parte gracias al voto de los menores de 29 años. “Un resultado preocupante ahora y de cara al futuro”, señala el diario británico que apunta, al igual que The Guardian, que el reenfoque del discurso del FPÖ hacía la islamofobia y la xenofobia “tiene un eco importante dentro de la población”. Un discurso “suavizado” por Kurz y “que explica que su partido consiguió retomar su avance en las encuestas electorales”.
Aliarse con el FPÖ daría al partido una “plataforma para verter sus odiosas ideas” pero, “apartar a la extrema derecha en favor de otra coalición con la izquierda permitiría a los extremistas extender su influencia en el debate nacional sin tener responsabilidades gubernamentales”. El diario, que recuerda que el partido nacionalista finlandés True Finns “fue neutralizado al formar parte de la coalición de Gobierno”, concluye insistiendo en la importancia de que la entrada del FPÖ en el Gobierno esté condicionada al “rechazo del racismo” y a la imposibilidad de entregarles el mando del Ministerio de Interior, como lo reclama Strache, el líder del partido.
En la misma línea, el diario belga Le Soir, lamenta la “orbanización de los espíritus” en Europa. “El posicionamiento del primer ministro sobre las cuestiones nacionalistas y migratorias se ha convertido en artimaña para ganar votos”, señala la publicación. “Lo que llama la atención no es tanto la juventud del ganador sino que Sebastian Kurz haya logrado ganar haciendo un copia y pega del programa del FPÖ”, escribe la editorialista Béatrice Delvaux.
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