Taylor Swift no ha desaparecido, está trabajando

En octubre de 2012 apareció una foto de David Bowie paseando por las calles de Nueva York. La instantánea, que mostraba al músico inglés con un aspecto estupendo para alguien de su edad (65 años entonces) y, sobre todo, para alguien que ocho años antes había sufrido un infarto, dio la vuelta al mundo. Fue publicada por medios de todo pelaje y alcanzó el estatus de efeméride. Bowie vivía en Manhattan. A pesar de haber dejado de prodigarse en público, parecía harto improbable que ningún fotógrafo, profesional o amateur, hubiese en los últimos años logrado retratarle paseando, bajando a por pan, entrando o saliendo de alguna tienda. Seis meses después del inexplicable fenómeno que supuso aquella imagen, lanzaba The Next Day, su primer disco en una década. Inmediatamente, aquella fotografía dejaba de ser un misterio y cobraba todo sentido. El inglés había vuelto a la música. Desafortunadamente, tres años y otro álbum después, desaparecía para siempre.

Esta semana ha dado la vuelta al mundo una imagen de una maleta gigante siendo transportada por unos operarios en el barrio neoyorquino de Tribeca, más concretamente saliendo del edificio en el que la cantante Taylor Swift tiene un apartamento. La artista, probablemente la estrella del pop más ubicua del último lustro, lleva tiempo desaparecida. Como en el caso de Bowie, a pesar de residir en una de las zonas del planeta con mayor densidad de paparazis y cazadores furtivos de celebridades, nadie la ha visto por el barrio desde enero de este año, cuando se la observó salir de su gimnasio de cabecera. También se avistó a su amigo Ed Sheeran entrar y salir del edificio. Supuestamente, había acudido a visitar a la autora de 1989. Pero ha sido esta foto de la maleta gigante la que ha acabado por convertir la retahíla de más o menos inocentes rumores respecto de la vida de Swift lejos de los focos en algo realmente fascinante. La teoría armada por la prensa fue que dentro de esa maleta se ocultaba la cantante, quien había dejado de viajar en primera clase para hacerlo dentro de enormes baúles. La agencia responsable de la foto la puso a la venta con una explicación detallada de la imagen. En ella se decía que la cantante, de 27 años, viajaba en el interior de la maleta, que había sido introducida en el maletero de una furgoneta por una docena de personas, quienes la habían colocado allí con extremo cuidado. La misma agencia retiró la descripción a las pocas horas. Si quedaba alguna duda, Taylor Swift no es David Bowie.

Mudanza a Nashville

Cuando a principios de año Swift anunció durante un concierto previo a la Super Bowl que ese iba a ser su único show en 2017, nadie pudo imaginar que su momentánea retirada de los escenarios iba a conllevar también su desaparición de la vida social. Después de todo, a diferencia de otras estrellas del pop, ella nunca ha necesitado tener música nueva que promocionar, o giras de las que asegurar la venta de las entradas, para hacerse omnipresente en redes sociales, alfombras rojas, semanas de la moda, playas, hoteles y polémicas. Durante los dos primeros meses de este año solo subió dos posts a su Instagram, uno para celebrar el single de sus amigas Haim y otro para anunciar una nueva canción de Lorde, otra amiga de la cantante con más amigas del mundo que, curiosamente, meses después compararía mantener una relación de cercanía con Taylor Swift a padecer una enfermedad autoinmune. Además, su última publicación es también para promocionar el nuevo trabajo de su íntima Selena Gomez. A Taylor Swift se la vio de refilón en un concierto de Kings of Leon y hace poco han aparecido unas fotos tomadas en Nashville junto al actor Joe Alwyn, su nueva pareja.

Su desaparición resulta sorprendente por lo normal de sus motivos. La artista se ha mudado a la cuna del country para componer los temas que formarán parte de su nuevo disco. El álbum, según Ed Sheraan, aparecerá a finales de año. “Será por Navidad, que es cuando se venden más discos, lo que significa que este año solo me vais a tener a mí”, bromeaba el cantante inglés. Lo curioso de todo esto es que Taylor Swift ha tenido que desaparecer para que el mundo recuerde que, en realidad, es una estrella del pop. Y las estrellas del pop escriben canciones. No solo tuits.