Lo que pensamos del CETA
Reunimos editoriales y artículos de opinión a favor y en contra del acuerdo económico y comercial global entre la UE y Canadá (CETA)
Editorial | Otra abstención (23 JUN 2017)
Acuerdos como el CETA ofrecen una vía para poder gobernar la globalización de acuerdo a normas y estándares europeos, por lo que deben ser celebrados, y aún más en un momento dominado por el auge del proteccionismo de Trump y los populismos. Se trata de un acuerdo meritorio y que merece apoyarse.
Editorial | Un acuerdo necesario (18 OCT 2016)
El Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA) supone un importante beneficio tangible para las sociedades de ambos lados del Atlántico. Refuerza, además, un vínculo estratégico fundamental para Europa en un momento en que el foco mundial, tanto en términos políticos como económicos, está girando hacia el Pacífico. La oposición frontal a su culminación no responde a argumentos de peso, sino a motivos puramente ideológicos.
Columna | El valor geopolítico del CETA; por Federico Steinberg
El CETA no es perfecto, pero es un buen acuerdo tanto para la UE como para España. Tiene el potencial de aumentar el comercio y el crecimiento, no reduce los estándares laborales o medioambientales europeos porque Canadá es, en muchos temas, más europeo que Europa; e incorpora un nuevo mecanismo de arbitraje en caso de conflictos entre inversores y Estados que ofrece más garantías que los actualmente existentes y que pretende ser un modelo para futuros tratados.
El debate abierto estos días sobre el CETA no dejaría de resultar anecdótico y exclusivamente para técnicos si no afectase a estas condiciones de la globalización: el papel del comercio en sociedades en las que no existe competencia perfecta, el equilibrio entre derechos y poderes, la armonización de los estándares regulatorios, los mecanismos de compensación a los perdedores, las exigencias medioambientales, etcétera.
Tribuna | Un mal momento para un buen acuerdo; por Inmaculada Rodríguez-Piñero
CETA incorpora un ambicioso capítulo de desarrollo sostenible con disposiciones relativas a la defensa de los derechos laborales y la protección del medio ambiente. Necesitamos reglas comerciales que garanticen un comercio justo y una globalización sostenible. CETA sería un buen modelo para construir un orden comercial políticamente avanzado, lamentablemente no son buenos tiempos para ello.
Tribuna | Seis razones para rechazar el CETA; por Florent Marcellesi
Nos enfrentamos a una profunda crisis democrática, social, económica y ecológica. Por tanto, lo que cabe esperar de cualquier acuerdo comercial es que sea útil para superarla. ¿Es el caso del CETA, el tratado de comercio e inversiones que han firmado la Unión Europea (UE) y Canadá? Veamos en detalle qué nos reservaría este acuerdo —de referencia para otros tratados comerciales como el TTIP— en caso de ser ratificado.
Análisis | Europa se está llenando de ‘aldeas galas’; por Miguel Otero Iglesias
Si la UE no puede firmar un tratado de libre comercio con Canadá, el país que más se parece a Europa, porque tiene que ser ratificado por 40 parlamentos, entonces perderá toda credibilidad como actor global. Eso sería grave porque aunque la mayoría de los europeos quieren pertrecharse en sus pequeñas aldeas, la globalización (sobre todo la tecnológica) no va a dejar de llamar a sus puertas.
Tribuna | TTIP y CETA, ¿ángeles o demonios?; por Fernando Tomé
Reducir barreras comerciales internacionales permite a los ciudadanos poder acceder a más variedad de bienes y servicios, al menor precio existente en el mercado internacional. Pocos de nosotros, como consumidores, estaremos en desacuerdo con ello. Poder elegir entre más variedades, y a menor precio, no ofrece dudas: es mejor para el ciudadano. Pero, ¿quién va a ser capaz de producir esos bienes y servicios a los menores precios?
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