Cada vez que un usuario realiza cualquier operación en internet se pone a trabajar lo que se conoce como un Data Center o Centro de Procesamiento de Datos. Para mantenerlos a una temperatura adecuada, las empresas deben realizar importantes inversiones en su refrigeración. Según cuenta Héctor Sánchez Montenegro, director de Tecnología de Microsoft Ibérica, están llevando a cabo una investigación para colocar estas instalaciones en el fondo del mar. "La primera prueba ha sido instalar uno de ellos, de 17.000 kilos, en la costa de California. Los resultados han sido muy positivos. Es más económico refrigerarlos y su transmisión de datos es más veloz", dice. "Además, no supone ningún impacto en la vida marina. El ruido de una nécora posándose sobre el Data Center es mayor que el que produce el aparato en sí mismo. Nuestro objetivo es impulsar su sostenibilidad y que en el futuro sea capaz de generar energía mareomotriz para su propio funcionamiento", concluye. Si el proyecto continúa cosechando buenos resulados, estas instalaciones desaparecerán de las ciudades (solo en Barcelona hay trece) y, con ellas, su gran consumo de energía.