El lado oscuro del Rocío
Nueve caballos y un buey perecieron por extenuación en la romería del Rocío. Es algo que se repite cada año. En general, son caballos viejos alquilados para este fin y con los que los romeros no tienen la menor consideración: los utilizan como máquinas y no como seres vivos que sienten el calor, la fatiga y la sed. Respeto las tradiciones de estas personas, pero lo que no es respetable es el trato que se da a los animales en esta romería. Deberían tener un poco más de sensibilidad y un mucho más de compasión cristiana.— María Consuelo Polo Delgado. Pozuelo de Alarcón (Madrid).
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