Madonna busca casa en Portugal

Madonna está buscando casa en Portugal. Su duda es si playa o montaña, si campo o ciudad. La cantante no se decide, pero que va a comprar parece seguro, tras visitar el Liceo francés en busca de plaza escolar y, como ella no está en edad de la Primaria, solo puede ser para David o para Mercy o para Estere o para Stella o para todos sus hijos menores a la vez. Conseguir la plaza escolar va a ser más problemático que comprar un palacio; en Portugal los hay a patadas, incluso en el Chiado, la zona más tradicional y populosa de Lisboa.

Madonna no se ha ocultado y, menos aún, sus hijos. Publica imágenes, principalmente de las gemelas Ester y Stella que adoptó recientemente en Malawi, en su cuenta de Instagram, en la que tiene 9,5 millones de seguidores. En la última, aparecen las gemelas, de 4 años de edad, vestidas con una camiseta del Benfica, el principal club de fútbol de Lisboa, y con el que su hermano David Banan, de 12 años, ha realizado algún entrenamiento con los equipos infantiles del club.

La cantante norteamericana, de 58 años, llegó el pasado domingo a Lisboa y no precisamente para pasar unos días de vacaciones o para cantar, sino para gestionar una posible residencia en el país. La prole se instaló en una suite de Ritz Four Seasons, de 15.000 euros la noche.

Con sus visitas inmobiliarias y los ratos de ocio de sus hijos se puede realizar una guía turística de Lisboa. Los niños salieron a pasear al parque de enfrente del hotel, el Eduardo VII, y luego fueron al Oceanario, uno de los mejores del mundo; les gustó más —aunque es un suponer— que la visita al Monasterio de los Jerónimos en Belém, aunque menos que su día en la playa de Caparica. Momentos que Madonna ha ido compartiendo con sus fieles seguidores de las redes sociales.

Entre baño y baño de los niños, Madonna visitó La Quinta de Vinagre, en la vecina localidad de Sintra, una montaña mágica plagada de palacios y castillos de cuento del siglo XVIII. La Quinta, de unos 18 millones de euros de precio y 47 hectáreas de terreno, cuenta con viñedos propios. El precio seguro que no es un problema, pero sí puede serlo la logística. Llegar puntualmente cada mañana al Liceo francés, situado en el barrio lisboeta de Amoreiras, puede ser muy problemático. Otra opción, claro, es matricular a los niños en alguno de los colegios internacionales de Sintra; mucho más fácil, sobre todo porque en el Liceo francés hay muy pocas plazas para alumnos no franceses —que tienen preferencia—.

La otra posibilidad es el Chiado, el populoso centro de Lisboa, en plena vida nocturna, un lugar de calles estrechas y adoquinadas con la calzada portuguesa, con todo el encanto de Pessoa, el fado y las sardinas a la plancha. Madonna visitó un palacio de cinco plantas en la Rua das Flores, el epicentro del epicentro. El caserón también lo ha visto Phil Collins, que está a punto de llegar a la ciudad para realizar una oferta. Aunque con menos metros que la finca de Sintra, el palacio rondaría el mismo precio.

La ventaja es la proximidad (relativa) al Liceo francés, y ser vecina de otros famosos que tienen posesiones por la vecindad, de Cristiano Ronaldo, claro, a Monica Bellucci, Eric Cantona, Philippe Stark, John Malkovich y otros ricos más discretos, como ex consejeros del Santander prejubilados con millonarias pensiones que se benefician del régimen fiscal siempre que residan la mitad del año en el país.

Con casa o sin ella, todavía, Madonna ha pasado en Portugal los días más felices de su vida, según escribe en Instagram, donde divulga un vídeo cabalgando por las playas desiertas de Comporta, refugio del chic europeo.