“Estos resultados confirman que compartir trayectos es posible en ciudades totalmente diferentes en forma y tamaño, y que la Ciencia de Datos puede ayudarnos a entender y acelerar la transición hacia la movilidad del futuro”, declaró Andrew Salzberg, jefe de transportes de Uber, en la presentación de la investigación del MIT el pasado marzo. “Las apps para compartir viajes podrían mejorarse gracias a nuestro trabajo”, coincide Oleguer Sagarra. Por ejemplo, el usuario podría establecer cuánto tiempo está dispuesto a esperar. Y a más tiempo, más oportunidad de conseguir vehículo. También podría estudiarse el número de vehículos óptimo para cada ciudad. Vancouver, capital de la Columbia Británica en el oeste de Canadá, está muy cerca del suyo: un 99,6% de trayectos son compartibles.