Felipe (Froilán) Marichalar, el travieso
El sobrino mayor del Rey, a sus 18 años, sigue siendo todo un carácter. Lo mismo torea una vaca que se pelea a la puerta de una discoteca
Felipe Marichalar, que no Froilán —no le gusta que le llamen así—, es el personaje más popular estos días de la familia del Rey. Su último incidente a las puertas de una discoteca le ha puesto de nuevo en el ojo del huracán. Unas imágenes emitidas por Telecinco y facilitadas por un anónimo que dice haberlo hecho para demostrar cómo se comporta el nieto mayor del Rey emérito se han convertido en virales. Pipe, como le llama su familia, no deja a nadie indiferente. Para unos es un chaval malcriado, para otros, un joven que vive los 18 años con intensidad. Mientras, otro grupo ve en él un personaje cercano alejado del encorsetamiento de los salones de palacio en los que ha pasado muchas horas desde su niñez.
A sus 18 años, Pipe sigue siendo un travieso. La primera imagen de que era todo un carácter quedó patente en la boda de los entonces Príncipes de Asturias, cuando se lio a patadas con sus primos. Nadie olvida sus muecas a los fotógrafos en los posados familiares o cuando cogió un tenedor en el puerto de Palma de Mallorca para defenderse en una pelea de chavalería. O esa imagen en un balcón del Palacio Real de Madrid hablando con su móvil mientras su tío se convertía en Felipe VI.
Le pillaron cuando aún no era mayor de edad vendiendo entradas en una discoteca light para ganar unos euros y, a los 13 años, tuvo que ser ingresado de urgencia cuando se disparó en un pie con una escopeta de caza que tomó sin permiso en casa de los Marichalar en Soria.
Esta semana ha estado en España, pero desde hace dos años vive en Estados Unidos. Su abuela, la reina Sofía, decidió de acuerdo con la infanta Elena alejarle del foco mediático y que estudiara en al otro lado del Atlántico. Cuentan que está más formal, pero no por ello sigue siendo todo un carácter. En una semana ha dado dos titulares.
Seguidor del Real Madrid, ahora frecuenta más las plazas de toros. Esta semana también se le ha visto con un capote en la mano. Es un firme defensor de la llamada Fiesta Nacional, como sus padres y su abuelo don Juan Carlos.
Cuentan que doña Elena es una de las pocas personas a las que Felipe hace caso cuando llega el momento de las reprimendas. También Carlos García Revenga, quien fuera secretario de las infantas, tiene ascendente sobre él cuando hay que llamarle a capítulo.
Desde que cumplió el julio pasado 18 años, el sobrino mayor del Rey está más expuesto a la atención mediática. Sus travesuras de niño son ahora asuntos de un adolescente con mucho carácter.
La prensa social ha ganado con él un gran personaje. Ha tenido un par de novietas y por ello ha ocupado portadas. El futuro de Felipe Marichalar, al que un día alguien denominó a secas Froilán, promete.
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