_
_
_
_
Porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Censores todos

Cualquier causa vale para sacar a pasear la tijera virtual y convertirnos en guardianes de las esencias, eso sí sólo de las nuestras

Charlize Theron, con su escote censurado en una televisión iraní.
Charlize Theron, con su escote censurado en una televisión iraní.
Maite Nieto

Hoy me he levantado dispuesta a autoinmolarme en la pira 4G. Porque decir ¡basta! solo está de moda si la cosa va de reprobar la conducta a quienes están en contra de nuestras propias ideas que —faltaría más— son las buenas, auténticas y valiosas.

Días después de los Oscar, la actriz Charlize Theron volvió a ser noticia por el mismo vestido dorado con el que presentó el premio a mejor película extranjera. La novedad no era el diseño de Dior sino que en Irán habían censurado burdamente su escote utilizando un pseudo jerseicito virtual que cubría el canalillo y los brazos de la sudafricana. “¡Vergonzoso! ¡ridículo! ¡paranoico!”, clamamos al unísono.

Pocos días después, el reino digital volvía a tronar: “¡Boicot a la película El guardián invisible, que una de sus actrices secundarias —vasca ella— llama atrasados y catetos a los españoles en un programa de ETB1!”. El grito inquisitorial ya no era ridículo, ni paranoico, ni vergonzoso. Y lo peor es que cada día atruena uno distinto: futbolero, nacionalista, racista, ideológico, sexista… Cualquier causa vale para sacar a pasear la tijera virtual y convertirnos en guardianes de las esencias, eso sí, solo de las nuestras.

Censores todos, les recuerdo que no hace tanto vivíamos en un Estado que se dedicaba a prohibir libros, películas, periódicos, actitudes y aptitudes. Los tópicos y los insultos colectivos y desinformados tienen valor de anécdota y si los convertimos en casus belli, además de pagar justos por pecadores, puede ocurrir que Miren Gaztañaga termine llevando razón y seamos todos unos catetos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Maite Nieto
Redactora que cubre información en la sección de Sociedad. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local de Madrid, subjefa en 'El País Semanal' y en la sección de Gente y Estilo donde formó parte del equipo de columnistas. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_