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Tentaciones

Hablamos con el gran triunfador de los Goya al que nadie conoce

El coruñés Alberto Vázquez, que se ha llevado este año los dos premios de animación, con su corto Decorado y su película Psiconautas, ya tiene otro anterior por Birdboy

Responde a mis preguntas desde el festival de Clermont-Ferrand, en Francia, referencia mundial de la animación dónde compite con su cortometraje Decorado. Allí se celebra, además, un pase especial de su película Psiconautas -que ya tiene distribución en ese país- y en la gala de apertura proyectan su pieza Sangre de unicornio. Todo indica que el director, ilustrador y dibujante Alberto Vázquez (A Coruña, 1980) está triunfando con sus películas pero, a pesar de ello, sigue siendo un gran desconocido. A pesar, incluso, de haber salido hace apenas unos días en televisión recogiendo dos premios Goya y de haber conseguido otro hace cuatro años.

¿Recuerdas el momento en el que empezaste a vivir de la animación, permitiéndote desarrollar tu lado más creativo?

Desde que comencé en el mundo del dibujo era consciente que quería trabajar para mí. Era muy joven y no me apetecía dar mi energía a una empresa. Me planteé que tenía que invertir el tiempo en mí. Empecé a vivir de esto a los 22 años cuando comencé a publicar libros, cómics e ilustraciones en prensa. Tengo doce libros publicados y trabajé seis años en El País Semanal. Luego vino la posibilidad de la animación y como soy un enamorado del cine, del dibujo y de la narración pues lo abracé con mucha pasión. Pasar por el cómic me dio un manejo de la narración y la posibilidad de crear mundos propios. Y la ilustración me ayudó a manejar la conceptualización de imágenes. Dos cosas que aplico actualmente en la animación.

¿Cómo logras mantenerte desde hace años en lo más alto contando con presupuestos moderados y equipo reducido?

Pues siendo consciente de qué dinero dispones y siendo inteligente para gestionar esos recursos. Trabajar con la gente que tú quieres, respetar a los demás artistas al mismo nivel, dejarte aconsejar, escuchar, no perder tu personalidad y en general ser una balanza de equilibrio. Bueno, y trabajar mucho.

¿Cuál es la repercusión real de ganar premios Goya? Tú ya llevas tres. ¿Es todo una farsa o sirve de verdad para impulsar tu carrera?

Los Goya son una gran herramienta promocional. Es el premio que la gente en España conoce, junto con los Oscars. Te da mucha publicidad y cierto respeto dentro del sector. Lo que ocurre es que es que todo es bastante efímero y a los tres días que pasan ya te pones a recuperar tu vida rutinaria. Eso sí, vives una semana en una nube en la que parece que la vida se te va en ello, sobre todo porque todo el mundo te lo recuerda. Tu familia y amigos se excitan y es imposible no contagiarse de esa energía.

Háblanos de este extraño fenómeno de ser invisible a pesar de triunfar. Seguir siendo un gran desconocido días después de salir por la tele recogiendo los premios más importantes del cine español.

Pues imagino que es porque se considera la animación como un género menor, o algo así como premios técnicos (los cuales yo respeto enormemente). Pienso que son unos premios enfocados a los actores y las grandes películas promocionadas del año. No se percibe desde fuera que la animación pueda tener autoría. Es curioso que se hable de que una actriz es la gran triunfadora de la noche por ganar dos y que a nosotros se nos obvie. Creo que no es comparable, ya que en mi caso soy director, guionista, director de arte y autor de los proyectos y por ejemplo un actor puede trabajar en varias películas el mismo año. Ya ves que ni ganando tres premios Goya, habiendo estado nominado a los premios del cine europeo y teniendo casi 100 premios internacionales… poca gente conoce mi trabajo.

¿Alguno de esos galardones internacionales que has ganado supera al Goya en caché y efecto?

Ninguno. Lamento decirlo pero es así.

¿Y qué tal llevas el trato injusto hacia los que hacéis animación?

Yo lo acepto con normalidad porque a mí lo que me interesa realmente es poder seguir haciendo películas con libertad, pero me gustaría tener más medios para poder realizarlas mejor. Y no soy el único, Posiblemente sabrás que hay un gran cine fuera de los Goya, un montón de directores que hacen películas al margen y que artísticamente realizan proyectos de calidad y reconocidos, pero que al tratarse de producciones pequeñas no tienen la maquinaria necesaria para entrar en las nominaciones.

¿Cuál es tu sensación cuando viajas Francia, países de Europa del Este o Asia donde se valora y respeta más tu profesión que España?

Bueno, Francia está a años luz en este sentido ya que es el país donde la animación es más respetada. El cine francés recibe 700 millones de ayudas mientras que el español no llega a los 50 millones. Ellos defienden su cultura y a sus autores. En los países del Este, la animación es también muy presente, ya que tienen su propio lenguaje y está muy presente en su cultura. De allí son los grandes autores clásicos, dibujantes completamente atemporales que aún hoy siguen siendo modernos. También tienen muchas escuelas públicas de animación, cosa de la que en España carecemos. Y Asia es Asia. El anime es religión.

“Ni ganando tres premios Goya, habiendo estado nominado a los premios del cine europeo y teniendo casi 100 premios internacionales… poca gente conoce mi trabajo”

¿Quienes son tus rivales en estos festivales? Los autores que admiras o que te pueden hacer sombra en competición.

Realmente la gente que trabaja en animación no percibe a los demás como rivales, sino como compañeros. Es gente con muchos conocimientos que trabaja en un sector común y acostumbrada a echar horas y horas delante de pantallas y softwares que te arrebatan la vida. En general, siempre he percibido muy buen rollo y hay una corriente de animadores independientes que estamos trabajando en proyectos con una intencionalidad artística y diferente, como Khris Cembe, Marc Rivas, Anna solanas, Jossie Malies, Isabel Herguera, María Álvarez, Elisa Morais… y muchos más.

Tus historias son realistas pero envueltas en fábula. ¿Por qué estos animales antropomórficos? ¿Qué es eso a lo que tú llamas anti-fábula?

Los animales son iconos universales, no tienen tiempo ni lugar definido, son anacrónicos y remiten a lugares comunes como el bosque, representado en todas las culturas. Utilizo el cuento y su estética para hablar de problemas muy realistas, trabajar con cosas clásicas pero con una mirada moderna. También hay un evidente contraste entre fondo y forma ya que son animales bonitos que hacen cosas prohibidas. Por esto digo que es una fábula, pero sin moral, una perversión de Disney y de la iconicidad infantil.

En Decorado has apostado por el blanco y negro y una técnica que recuerda a los grabados del s. XIX.

Sí porque tiene una relación conceptual con la historia y porque me encantan. En Decorado, el personaje principal se da cuenta de que todo lo que le rodea es una farsa, un Decorado, y estos fondos contrastan con los personajes creando una extrañeza que consideró adecuada para historia. También recuerdan a las ilustraciones de Gustav Doré sobre los cuentos y leyendas clásicas.

Contaminación, desamor... ¿por qué abordas estas temáticas recurrentes y siempre bajo un tono oscuro?

Me gusta hablar de problemáticas actuales, no sé hacerlo de otro modo. Intento mirar hacia el interior de las emociones, intentar contar mi verdad de las cosas y a veces esa realidad resulta fea.

¿Cómo es para ti un día normal de trabajo?

Pues me levanto, estudio inglés mientras hago estiramientos y ya empieza el baile de mails y whattsapps con el equipo. Cada vez dibujo menos y me veo envuelto en tareas organizativas. Eso es algo que me inquieta, porque yo soy un dibujante y ahora mismo escribo y hablo por teléfono más que otra cosa. Cuando dibujo el tiempo se expande, la sensación es reconfortante y puedo escuchar música tranquilamente. Me tranquilizo y es para mí una especie de meditación o algo así. Pero bueno, son fases, porque una peli de animación lleva años de trabajo, ya habrá tiempo para todo.

¿Cómo es hacer una película en un polígono industrial?

Hicimos Psiconautas en Pocomaco, un famoso polígono industrial de Coruña. La vida allí es un poco como los enanos borrachos de Charlie y la fábrica de chocolate. Teníamos una canción que se llamaba "producir y trabajar". Esto es un poco broma porque el local estaba bien, era moderno y tenía todas esas chorradas tipo mesa de ping-pong, futbolín y gimnasio, aunque no lo utilizábamos. A los artistas que vinieron de fuera de Coruña el nombre de Pocomaco les parecía muy exótico. "La isla de Pocomaco, donde los tucanes te reciben con sus plumas multicolores y los monos te preparan batidos de coco". Toda esa magia se rompió cuando vieron el lugar, el invierno empezó y los menús del día comenzaron a ser cada vez más pesados.

El también coruñés Miguelanxo Prado probó suerte en Hollywood con la serie de animación de MIB. ¿Harías algo así si te surge la oportunidad?

A Miguelanxo lo conozco sólo de intercambiar algunas palabras. Yo no creo que hiciese algo así, porque como te he dicho me interesan sólo proyectos autorales, pero quién sabe, la vida es muy larga... ya sabes, amor y odio al dinero.

¿Qué proyectos tienes ahora entre manos?

Unicorn Wars, que es una peli de animación que estoy desarrollando. Estoy acabando el guión y estamos en fase de financiación. Será una coproducción española-francesa y la historia trata de una especie de parodia de género bélico, en la que un grupo de reclutas ositos parten al bosque mágico a cazar unicornios, sus enemigos ancestrales. Allí se pierden y se ven obligados a sobrevivir pasando penurias y una serie de catastróficas desdichas que desencadenarán una guerra total entre ambos bandos. Es una especie de mezcla entre Apocalypse Now y Bambi.

Háblanos por último de Mano de obra, tu grupo de música.

Mano de obra es un grupo que tengo con dos amigos míos, Coco Lens y Víctor García. Es como un grupo de punk, pero con influencias ochentas y electrónicas. Nuestras letras hablan de distopías oscuras pero con sentido del humor. Yo toco la batería y Víctor es además el músico con el que suelo trabajar en mis proyectos. Tenemos influencias similares, con lo que él sabe perfectamente lo que le pido. La música es muy importante para mí, lo que más me emociona, alimento para el alma y para estimular la creatividad.

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