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Tentaciones

El equipo asturiano de tercera división que tiene al autor de Trainspotting como socio

Hablamos con los propietarios del UC Ceares, nostálgicos del movimiento skin y mod, detractores declarados del fútbol moderno. "No nos gustan los equipos que funcionan como meras empresas".

Sergio C. Fanjul
Liliana López

"Esto ye La Cruz", reza el cartel a la entrada del campo, igual que ese otro famoso cartel que dice "this is Anfield" en el estadio del Liverpool, por aquello de intimidar al equipo visitante. El campo de fútbol de La Cruz, en el barrio gijonés de Ceares, se parece poco al gigantesco Anfield: un modesto campo de fútbol de tercera división algo destartalado, con algunas gradas y lleno de anuncios de negocios locales. Una parrilla para los socios y, por donde la grada norte, cebollas, ajos, lechugas y puerros que brotan de una huerta futbolera. Pero el tiempo y el espacio acompañan: por el cielo nublado, la fina llovizna, el entorno de viviendas obreras, el vibrante verde que se mezcla con el asfalto, bien podríamos estar en un suburbio del norte de Inglaterra de esos en los que transcurren algunas de las películas de Ken Loach y la vida de millones personas. El Unión Club Ceares es un equipo muy particular, amante del fútbol de base, de barrio, y muy anglófilo. De hecho Irvine Welsh, el autor de Trainspotting, es socio de honor.

"Esto ye La Cruz", reza el cartel a la entrada del campo.
"Esto ye La Cruz", reza el cartel a la entrada del campo.Liliana López

"Against modern football" (contra el fútbol moderno) es otra de las cosas que se leen en un gigantesco mural, también a la entrada de La Cruz. El fútbol moderno entendido como gran espectáculo global, plagado de superestrellas millonarias como Cristiano Ronaldo o Messi, culebrones mediáticos y grandes flujos monetarios. "No nos gustan los equipos que funcionan como meras empresas ni que este deporte se entienda solo como un negocio", dice Pablo Muñiz, uno de los socios (y a la sazón propietario) del U. C. Ceares. "Tampoco nos gustan esa idea de los futbolistas idealizados e inaccesibles, aquí puedes encontrarte al capitán comprando una barra de pan o tomarte una birra con la defensa", cuenta el directivo Víctor Rodríguez.

El club, que se declara abiertamente antihomófobo y antirracista, funciona de manera horizontal, autogestionada, y tomando decisiones en asamblea

Este pequeño club funcionaba a la manera tradicional, con su estructura jerárquica, hasta que cambió de equipo directivo hace unos cinco años. El Ceares estaba al borde de la quiebra y fue rescatado por una cooperativa de aficionados muy particular. Desde entonces el club trata de funcionar de manera más horizontal, autogestionada, y gran parte de las decisiones se toman de manera asamblearia: un socio, un voto. "Además aquí los socios, además de pagar la cuota, deben tener una mayor implicación, venir a echar una mano, a pintar, a hacer reparaciones", dice el socio Chema Urdampilleta. Aunque, también confiesan, no siempre se consigue esa implicación buscada.

"Todo esto surgió en el puñado de bares que en el barrio de Cimadevilla, en Gijón, ponen música de corte británico: northern soul, punk, ska, etc", dice el directivo David Méndez, "siempre paramos la misma gente y acabamos conociéndonos todos, también de movidas sociales y políticas. Decidimos encargarnos de este club que estaba a punto de desaparecer y darle un giro". De hecho su nuevo lema, Keepin' the faith since 1946, está claramente inspirado en el lema de la música northern soul (el soul underground que fue recuperado a finales de los años 60 en el norte de Inglaterra) que dice "Keep the faith", se acompaña de un puño cerrado y es fácil de ver en parches y camisetas abundantes en este mundillo musical (el mismo que se oye por los altavoces en los días de partido). Como ejemplo de uno de esos bares gijoneses se podría citar La Folixa. En el madrileño barrio de Lavapiés también hay un garito simpatizante: La Huelga. En la entrada del campo vemos, casualmente, aparcada una vespa negra. Todo encaja.

Liliana López

Anglófilos también en lo literario. ¿Cómo acabó Irvine Welsh vinculado a este pequeño club de tercera? "Organizamos un concurso literario y el prólogo lo hizo el escritor Kiko Amat, que también es simpatizante. Tanto Amat como Welsh publican en la misma editorial, Anagrama, así que el primero consiguió que el británico nos escribiera unas líneas. Luego también nos ha hecho unos guiños en las redes sociales, y le hemos nombrado socio de honor", explica Méndez. Dentro de lo deportivo la cosa no va mal: es el club más veterano de la Tercera División y en 2014 llegó a jugar los play off para subir a Segunda B. Y eso teniendo en cuenta que es el equipo con uno de los presupuestos más ajustados. De ahí otro de sus lemas: "Últimos en dinero, primeros en corazón".

Tienen varios lemas, como “Keepin' the faith since 1946” (inspirado en la música northern soul) o "Últimos en dinero, primeros en corazón"

"Es un equipo muy integrado en el barrio, como una estructura más", cuenta Urdampilleta, "engloba mucho más que los partidos de fútbol y trata de crear comunidad". Así en el Ceares han organizado recogida de juguetes o de alimentos para los más necesitados, fiestas populares, conciertos, barbacoas, jornadas por un fútbol social y crítico, o charlas como las del ensayista César Rendueles, nueva referencia de la izquierda y otro de los célebres defensores de este equipo. La cantina, además de las cuotas de los socios, es una de las fuentes de ingresos más importantes. El club se declara abiertamente antihomófobo y antirracista. Los trabajadores de varias empresas en conflicto han venido a este campo a manifestarse. Y la media de edad de la afición ha bajado notablemente: entre los hinchas abundan los polos Fred Perry, las parkas, las gorras y bufandas de cuadros y los flequillos. Todo muy mod, muy skin, muy british. Además, el equipo se ha integrado con un equipo de fútbol femenino, el Gijón Fútbol Femenino. Ambos comparten una Escuela Mixta de Fútbol.

Liliana López

"Este es un equipo muy particular", nos comenta un paisano que se afana en limpiar los asientos del banquillo, "porque este es un equipo de izquierdas". En un par de días jugará aquí el filial de tercera división de Sporting de Gijón, cuyo grupo de ultras de extrema derecha, los Ultra Boys, parecen tenérsela jurada al Ceares. Ya son varias las ocasiones en las que el campo de La Cruz recibe agresiones en forma de pintadas fascistas, e incluso alguna agresión personal: el vicepresidente recibió dos puñetazos y una patada en el pecho de un grupo de 40 encapuchados, a las puertas del campo. Acabó en el hospital. "Aquí se viene a jugar al fútbol", dice el paisano, "yo también soy socio del Sporting, desde 1965, soy más sportinguista que ellos. Si vienen a tomar los cojones, mejor que no vengan".

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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