Déjate de listas, este es el mejor disco del año según nuestros artistas favoritos
¿De verdad un puñado de canciones viejas de salsa son lo mejor de 2016 para los músicos jóvenes del momento? Sí, hablamos de Indestuctible, de Diego El Cigala, que se merienda a todos los demás discos de este año
Son quizá ya demasiados años leyendo listas de lo mejor del año, ¿no? Estamos inmunizados y han perdido cualquier credibilidad. Mientras esperamos a que alguien publique la lista definitiva de las mejores listas de lo mejor del año de todo el mundo, hemos decidido ir directos al grano. Sin ránking, sin top 10, ni nada: el mejor disco absoluto del año. Totalmente subjetivo. Lo hemos consultado con tres de nuestros artistas favoritos del momento, productores y músicos, y todos coinciden en que el disco de versiones de salsa Diego El Cigala se merienda a todo lo demás que se ha publicado este 2016. A continuación te explican por qué estas canciones viejas gustan tanto a los jóvenes:
Este último disco de El Cigala me trae buenos recuerdos de aquel otro que hizo con Bebo Valdés (Lágrimas Negras). En la parte puramente musical, el álbum mezcla casi todos los estilos latinos de música, predominando la salsa y el uso de trompetas y distintas percusiones que conectan perfectamente. Es increíble como Diego acompaña el contenido de estas canciones, la mayoría letras de desamor, con una música tan movida y alegre. Me gusta especialmente el detalle de dedicarle una canción a Bebo (Fiesta para Bebo). Indestructible es su vuelta a las noches bailando salsa. Yo nunca he estado en Cuba, pero escuchando este disco me puedo hacer una idea de cómo es aquello.
PABLO (LWLGHT)
No es nada fácil versionar clásicos de ningún género y no despertar reacciones negativas entre los seguidores del artista que hizo la versión original. El Cigala no solo lo consigue, sino que además logra refrescar éxitos de grandes maestros de la salsa como Héctor Lavoe o Willie Colón, sin perder su toque flamenco y haciéndote olvidar por un momento que, por desgracia, ya no están entre nosotros. Como si hubieran seguido publicando canciones en 2016 sin perder esa esencia de hace más de 40 años. En este disco ha demostrado nuevamente por qué El Cigala es el mejor, y que para serlo te tienes que rodear de virtuosos. La lista de colaboradores es espectacular, destacando a Oscar de León, el creador de un himno de la salsa como Llorarás y que, a pesar de tener ya 73 años, siempre está dispuesto a renovarse y ofrecer novedades (como se vio, hace años ya, en su colaboración con Tego Calderón, artista de reggaetón). A los que nos gusta la salsa clásica, nos ha hecho un gran regalo, ya que se echa de menos ese sonido entre las propuestas de la salsa actual. Mención aparte para la versión de Se nos rompió el amor de Rocío Jurado. Ha mejorado lo inmejorable.
El Cigala es el tipo de artista “distinto” en el que yo siempre me he querido fijar y parecer, por qué no decirlo. Desprende un aroma especial, hay algo en la voz, en la actitud y en su alma; es todo muy visceral en él. No me parece un intelectual, pero tiene alma y eso vale mas que todo el oro musical del mundo. Una voz que no hace falta utilizarla demasiado bien, ni destacar en ningún tono especial. Sumar la capacidad de emocionar y proyectar el alma en la voz es la ecuación y la actitud que tiene Diego. Su frescura solo viene de una cosa: ser uno mismo. Su capacidad de adaptarse a los tiempos sin querer, sin intentarlo, solo dejándose llevar por el poder su personalidad. Espero algún día hacer un disco tan nostálgico y mágico como este. Por encima del tiempo, de las modas, de lo establecido en las nuevas fórmulas, siendo capaz de sobrevolar todo, sin despeinarse, con esa sonrisa tan característica y carismática, cantándole a la vida sin pudor, sin mirar atrás, sin miedo. “Lo nuestro no son golpes de suerte, somos hacha y machete y esa es la verdad.”
