¿Pagar el metro?
Suelo coger el metro muy a menudo. No puedo parar de fijarme en toda la gente que intenta colarse constantemente de todas las formas posibles: acercándose al de delante, forzando la puerta hasta que se abre o simplemente saltando por los tornos. Cada vez que lo veo y pasa delante de mis ojos me siento estúpido. No sé por qué sigo pagando si es muy remota la posibilidad de encontrar a un revisor o un vigilante de seguridad, y más si la estación es de las más concurridas. No me parece que sea un medio caro para el servicio que ofrece, además aseguran desde el Ayuntamiento y la Generalitat que se trata de una opción sostenible y eficiente para moverse por Barcelona. Entonces me pregunto por qué no vemos más a menudo a los directivos que están detrás de estas campañas, yendo agolpados y escuchando a músicos callejeros sin licencia por tocar en el metro. Y lo peor, por qué sigo pagando por hacerlo yo.— Rafa Bellido. Badalona (Barcelona).
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