The Chemical Brothers: "El EDM es muy aburrido, ahora todo es subidón tras subidón"

Aunque nunca les hemos llegado a perder la pista, el dato llamaba la atención: Born In the echoes, el disco que The Chemical Brothers lanzaron el año pasado, era el primero en un lustro. La ausencia quedó compensada con un álbum que les devolvía al sitio del que nunca deberían haberse ido: el olimpo de la electrónica de masas. Ahora regresan a España con cuatro conciertos. Pero antes Tom Rowlands, mitad del longevo dúo británico, descuelga el teléfono.

¿Qué haces estos días antes de salir de gira?Cuando tienes el estudio en casa siempre tienes algo que hacer. Esta mañana me he despertado, he paseado al perro y me he encerrado allí para desarrollar ideas.

En julio volvisteis, 12 años después, al FIB. ¿Qué recuerdos tienes del festival? Era muy extraño que hiciese tanto que no fuésemos, teniendo en cuenta que en los 90 lo hacíamos tan a menudo. Me acuerdo de la piscina del backstage o de la noche que pinchamos en la carpa, de cuando hubo como cuatro cortes de electricidad mientras tocábamos en el escenario grande. Al final no pudimos tocar porque el sonido se apagó. Era volver a Inglaterra emocionados y hablar con los amigos de lo genial que era el festival.

Coincidisteis con Disclosure, que podrían ser vuestro relevo generacional ahora que no hay unas figuras tan claras en la electrónica de masas como en los 90.Es diferente, porque ahora tienes a todos estos gigantescos DJs como David Guetta o Calvin Harris. Lo que hace buenos a Disclosure es que sacan discos y están en sintonía con lo que significa tener una banda.

Cuando compartes cartel con ellos u otros artistas jovencísimos, ¿te sientes algo viejo? Pese a que llevemos tanto tiempo haciendo música, no. Me sigo sintiendo conectado a las canciones de nuestros dos primeros discos, por ejemplo.

Decías en The Guardian que lo vuestro es como un matrimonio. ¿En qué sentido lo compararías? La base de nuestra relación es la música y el hecho de que nos hacemos reír el uno al otro. Es muy divertido estar con Ed [Simons]. En estos 25 años hemos estado en desacuerdo sobre cómo hacer las cosas, pero la clave es sacarlas adelante siempre.

¿Te describirías como nostálgico? No. Siempre busco nuevos sonidos y combinaciones. Es por eso que hago música. No miro atrás y me lamento. El mejor álbum es el que aún tienes que hacer.

¿Eran las raves tan geniales como las pintan?

Aún hay grandes fiestas, pero son muy distintas a las de nuestros inicios. No idealizo; había algunas que eran terribles. A menudo viajabas un montón y te encontrabas con que no había nada y te habían robado el dinero.

¿Hubieses agradecido tener algo como Google Maps? A menudo parte de la experiencia residía en no saber lo que te ibas a encontrar. Solo tenías un flyer con un número de teléfono al que llamabas y, mediante un mensaje, te daban la dirección de la rave a grandes rasgos, porque llegabas y te tenías que guiar por el campo mediante las luces y la música.

¿Te parece frustrante que aún se relacione la electrónica con las drogas? Tú ya decías hace tiempo que estás en contra de ellas… No es un problema de la música electrónica, sino de la sociedad. Desde el principio de los tiempos la gente ha tomado sustancias para alterar sus conciencias, no tiene nada que ver con salir de noche. 

¿Entiendes que haya gente que critique el EDM? Es porque no encaja con ellos. Si eres un crío, sales de fiesta con tus amigos y te lo pasas de muerte, ¿por qué no? Es música para divertirte. Pero sí, a mí me parece muy aburrido. Lo que siempre me ha gustado de la electrónica es que es muy impredecible y rara, pero ahora es todo subidón detrás de subidón.

¿Es comparable a lo que os decían en los 90?Es exactamente igual, cuando decían que el techno no era música de verdad porque la hacía un ordenador.

¿Cuál es el disco actual que más escuchas últimamente? El segundo de Factory Floor. Es muy interesante cómo lo han reducido a la mínima esencia. Funciona de maneras muy inteligentes.

En vuestros nuevos shows tenéis hasta robots. ¿Qué hay que esperar de ellos?

Es alucinante, compensa todo el tiempo y dinero que gastamos en ellos. La estampa de los rayos láser saliéndoles por los ojos es muy guay. No importa donde actuemos: lo mismo puede ser alucinante bajo el cielo estrellado como en un recinto cerrado y con toda la intensidad del sonido.