9 fotosExplotación infantil en MyanmarEn su décimo cumpleaños, Than Than Ei se convirtió en una esclava de hecho, una entre miles de niños que el Gobierno de Myanmar ha olvidado 06 oct 2016 - 08:41CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceThan Than Ei, en su décimo aniversario se convirtió en una esclava de hecho y fue golpeada con cadenas de bicicleta y utensilios de cocina casi a diario durante cinco años. Su historia es cada vez más común en Myanmar, donde decenas de miles de jóvenes procedentes de familias pobres son enviados para trabajar como sirvientes a hogares de clase media en zonas urbanas. En la imagen, Than Than Ei en casa de unos familiares en el sur de Yangon, donde se está recuperando de sus heridas.YE AUNG THU (AFP)“Como ellos no me alimentaban, comía sin su permiso. Después me acusaban de robar comida y aplastaban mis dedos con unos alicates" afirma Than Than Ei a AFP. Los activistas dicen que el gobierno ha hecho poco para abordar la cuestión, mientras que la policía y las autoridades hacen regularmente la vista gorda a las alegaciones contra las familias ricas y poderosas. En la imagen, Than Than Ei muestra sus cicratices en las piernas, en casa de unos familiares en el sur de Yangon.YE AUNG THU (AFP)“El sistema judicial del país está roto y generalmente no protege los derechos de los más desfavorecidos” dice Matthew Smith, presidente de Fortify Rights, una ONG que lucha por los derechos humanos en el sudeste asiático. En la imagen, Than Than Ei muestra sus cicratices en el brazo y la cara, en casa de unos familiares en el sur de Yangon.YE AUNG THU (AFP)El tema salió a la luz este mes con el caso de dos niñas de 16 y 17 años, que describieron el gran abuso que estuvieron sufriendo durante cinco años cautivas en una sastrería de Yangon. Inicialmente les pagaron 4.000 dólares en compensaciones pero bajo presión pública la policía presentó cargos criminales y el presidente ha ordenado una investigación sobre cómo las autoridades manejaron el caso. En la imagen, Than Than Ei recuperándose en casa de unos familiares en el sur de Yangon.YE AUNG THU (AFP)“Mis labios fueron azotados con una cadena de hierro” dijo Than Than Ei a AFP en la casa de su tía, al este de Yagon. “Ellos también la utilizaban para cortar mis manos y después arrojar agua hirviendo encima”. En la imagen, las profundas cicatrices en la cara de Than Than Ei, mientras se recupera en casa de unos parientes en Yangon.YE AUNG THU (AFP)Los activistas dicen que aún queda mucho por hacer para abordar la cuestión de Myanmar, país clasificado por los analistas de riesgo Maplecroft Verisk como el séptimo peor del mundo en cuanto a trabajo infantil, que al mismo tiempo es influenciado por la compleja miseria absoluta que deja que muchas familias dependan de los ingresos de los niños que trabajan. En la imagen, Than Than Ei muestra sus cicratices en la cabeza, mientras se recupera en casa de unos familiares en el sur de Yangon.YE AUNG THU (AFP)Than Than Ei finalmente consiguió escapar de la casa y su tío, Myo Oo, presentó cargos de intento de asesinato contra la familia en julio de 2015. Un miembro de la familia fue detenido, pero no se hizo nada más durante un año. En las últimas semanas detuvieron a tres implicados más. En la imagen, un furgón policial traslada a seis miembros de la familia de Myanmar que abusó de las niñas durante cinco años en una sastrería, abandona el edificio de la corte de Yangon tras el juicio por tráfico de personas.YE AUNG THU (AFP)Los familiares de Than Than Ei reclaman que la policía no hizo nada para ayudarla cuando supieron de su caso. En dos ocasiones, los vecinos se quejaron pero el oficial del distrito —un pariente de los presuntos abusadores— no hizo nada al respecto. En la imagen, Than Than Ei en casa de unos familiares en el sur de Yangon, donde se está recuperando de sus heridas.YE AUNG THU (AFP)“Si las autoridades nos hubiesen ayudado desde el principio, nuestro caso no se habría alargado tanto” dijo Myo Oo (tío de Than Than Ei). “También les quiero preguntar el por qué”. En la imagen, Than Than Ei recuperándose en casa de unos familiares en el sur de Yangon.YE AUNG THU (AFP)