Mi Barcelona
En los años setenta del pasado siglo, Barcelona y Cataluña eran vistas como modelo de libertad, como ejemplo de acogida. Su cosmopolitismo invitaba a venir a todo aquel que quisiera impregnarse de un modelo de vida y de convivencia. Esta esencia hacía de Barcelona un lugar de incuestionable e imprescindible visita. Desde entonces, y de manera lenta pero implacable, la libertad y la democracia han ido sufriendo los estragos de la política. Hoy ambos conceptos son usados y manipulados para hacer creer que las razones impuestas llevan el sello de lo que ellos incumplen. Harta de banderas; harta del chalaneo de los que quieren hacernos ver que su verdad es la “verdad”. “Para ser miembro irreprochable de un rebaño de borregos es preciso, ante todo, ser borrego”. Lo dijo Einstein.— Carmen Sánchez. Barcelona.
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