El espanto que no cesa
Otra vez el horror, la barbarie, el dolor, la locura. Esta vez en Niza. Otra vez todos encogidos por la tragedia, por la muerte, por el estupor. ¿Qué está pasando? ¿Qué se ha hecho, qué se está haciendo mal? ¿Cuáles son las causas, los orígenes de todas estas tragedias? Porque todo esto no ocurre porque sí, porque, de repente, parte de la humanidad se haya vuelto loca. Habrá unas causas desencadenantes y alguien que las haya propiciado. ¿Qué se está haciendo para evitarlo? ¿Las medidas que se han tomado son suficientes? ¿Existe la coordinación suficientemente eficaz entre las fuerzas de seguridad de los distintos países europeos e, incluso, del resto del mundo?— Ángel Villegas Bravo. Madrid.
En el tren, de camino al trabajo, me han hablado del atentado de Niza. He sentido pena por las víctimas que han muerto o están heridas. También siento pena por los que aún no lo han sido, pero sin duda lo serán, porque habrá más atentados de una clase o de otra. Siento pena también por los vivos, porque me parece que los franceses deben sentirse solos en la Unión Europea, cargando en los años más recientes con el grueso de los atentados islamistas. Me gustaría que España, Alemania, Italia y el resto de países demostraran que hay algún tipo de hermandad entre nosotros, un ejemplo de que la UE sirve para algo. También me gustaría leer en esta sección cartas de imanes renegando de quienes hacen esos atentados y del Daesh, que está detrás. La historia ha demostrado muchas veces el montón de males que se podrían haber evitado si los buenos no se hubieran callado cuando los malos actuaron.— José Luís Conde Marugán. Jerez de la Frontera (Cádiz).
No nos vencerán. De acuerdo: tal y como dicen analistas y políticos, los terroristas, y en concreto los islamistas, no vencerán a las sociedades occidentales, abiertas, democráticas y maduras en sus valores sociales. Pero tampoco los venceremos. Precisamente porque somos abiertos, democráticos y socialmente maduros. Y no queremos dejar de serlo. Así pues, tenemos para rato. No nos vencerán, todos lo sabemos, incluso los propios terroristas lo saben: actúan aquí con un fin propagandístico en sus propios territorios. Pero tampoco los venceremos. Serán sus propias sociedades las que, desde el hartazgo y el agotamiento, pero también desde la razón y el pragmatismo, algún día, con un poco de suerte, acaben con ellos.— Rafa Granero Chulbi. Barcelona.
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