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Fieras divinas
Columna
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Melene y desmelene

Una melena puede cortarse como castigo por adulterio o traición política, o como sacrificio devocional

Imagen del musical 'Hair'.
Imagen del musical 'Hair'.

¿Han sufrido alguna vez un corte de pelo a traición? Los tirabuzones son difíciles de dominar en la cabeza de una niña movida, pero verlos caer, sola en la peluquería y sin previo aviso, es un atropello capilar. No hay nudo, ni enredo que lo justifique. La imagen: tras ser rapada por unas arpías castradoras disfrazadas de simpáticas peluqueras, una rubita, cuyos pies no tocan el suelo, llora ante el espejo. Las consecuencias: años después, cansada de defender su feminidad en un entorno estético estereotipado que la asimila a un niño, tener una melena larga y lisa se convierte en un objetivo vital. Invierte preciosas horas de su adolescencia haciéndose la toga y planchándose el cabello, hasta que, en un arranque de repentina madurez, resuelve que ondulado también es bonito. La joven aspira a ser modelo, como si se tratara de un certificado oficial en feminidad, pero se aburre. Cuando le proponen cortarse la cabellera para un célebre peluquero, acepta como quien renuncia a ser sexualmente atractiva, aunque ya sepa que su fuerza no reside en esos bucles que, de nuevo, verá caer; esta vez sin lágrimas.

La dimensión metafórica del cuerpo es bien conocida, y la simbología de los cabellos, muy rica. Según documenta la historiadora Erika Bornay en La cabellera femenina (Cátedra 1994, 2010), una melena abundante simboliza la sexualidad femenina, la fertilidad y la naturaleza; la vida, en definitiva. Hay cabelleras que son capas de modestia, como la que cubre la desnudez de la virtuosa Lady Godiva. Otras, son jardines telúricos hechos de plantas, flores y frutos, que coronan mujeres como alegorías de lo natural. También hay cabelleras de agua, ondas, olas, cascadas o fuentes, cubiertas de algas y caracolas. Pueden ser peligrosas: rizos seductores que enredan a los hombres en un erotismo que ellos mismos convierten en fatal; o bucles metamorfoseados en serpientes por diosas celosas, como Atenea, que convirtió a la bella ninfa Medusa en una gorgona aterrorizante.

Ante el reclutamiento forzoso de la guerra de Vietnam y el consiguiente corte militar uniformador, las cabelleras de hombres y mujeres hippies hablaban de paz y libertad. Amor y Hair. Una melena puede cortarse como castigo por adulterio o traición política, o como sacrificio devocional. Hace unas semanas, Maria Horrach, la madre del motorista mallorquín Luis Salom, nos impresionó cortándose su frondosa cabellera para dejarla junto al cadáver de su hijo. Un profundo gesto de luto con raíces en la Antigüedad clásica. En esta luminosa mañana mediterránea, el mar rebosa belleza, dolor, muerte, vida, medusas y esperanza.

@patriciasoley

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