_
_
_
_
PORQUE LO DIGO YO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Adorables

En las juntas de vecinos se aprecian los años de convivencia vecinal de esas gentes que llevan cuatro décadas usando el mismo ascensor

Junta de vecinos en la serie 'La que se avecina'
Junta de vecinos en la serie 'La que se avecina'
María Porcel

"Mis adoraaaables vecinos….". No recuerdo nada de aquella serie, ni cabecera, ni protagonistas ni la cadena en la que la emitían. Pero la cancioncilla me taladró nada más pisar el local (comunitario, claro): “Mis adoraaaables vecinos…”.

No había puesto un pie cuando una veintena de personas se me quedó mirando como un bicho raro. Quién es esta, leía en sus cabezas, qué jovencilla. A algunas directamente las veía cuchichear. Eso no había que imaginárselo.

Bienvenida a la primera junta de vecinos de mi vida. Había ido a algunas por delegación, pero una en la que mi nombre (ay, doña hipoteca, qué miedo) apareciera de verdad en los papeles (comunitarios, claro), nunca.

¿Temas del día? Todo clásicos. Que si cambiar válvulas de los radiadores (soy nueva, la mayoría manda), que si aprobar presupuestos (sobra pasta, raro, así que adelante), que si renovar la presidencia (tardaron un rato, algo menos que en el Congreso), que si Teresa quería un contador de luz en el garaje (en tres meses decidimos). Y luego palabras, palabras complicadas, casi medievales: servidumbres de paso, eficiencias energéticas, subarriendos, costes de cosas jamás escuchadas…

Pero lo más interesante es el tono. Ahí se aprecian los años de convivencia vecinal, en las formas en las que esas gentes que llevan 40 años usando el mismo ascensor se dirigen los unos a los otros. O incluso no se dirigen. Qué magnífico campo de pruebas humano. Qué voces, qué resoplidos, qué paciencia la de algunos. Normal que el administrador se llame Ángel. ¿Nunca se ha pasado un grupo de psicólogos por una reunión de vecinos, no ha mirado a través de espejos unidireccionales? Se aprende latín. Eso sí, son tres (comunitarias) horas. Para la de septiembre me lo pienso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_