¿Cómo elegirías presidente? Pregunta a tus hijos

Mes y pico después de las elecciones de diciembre, cuando ya todos teníamos claro que las conversaciones para formar Gobierno no iban a ningún lado, hice un experimento. Mientras volvíamos del cole en coche, les expliqué a mis hijos, de 4, 7 y 8 años, que había cuatro señores que habían sacado muchos votos y ahora no sabían decidir quién iba a ser presidente, o sea, a mandar en España. ¿Qué haríais vosotros?, les pregunté. Teniendo en cuenta que no tienen mayor conocimiento de política que una rima de Mariano Rajoy con las galletas Chips Ahoy y que “la mamá de Guille dice que Pablo Iglesias es un gilipo.. y lo que sigue” -ojo con vuestras opiniones en casa, que luego lo cascan todo-, se tomaron el resolver la gobernabilidad del país con mucho entusiasmo. Esto es un resumen de su tormenta de ideas:

1. Echarlo a piedra, papel o tijera.

2. Echar una carrera, preferiblemente una maratón, y el que gane.

3. Que lo hablen y uno deje a otro.

4. Que lo elija el Rey.

5. Alberto (Garzón), que es muy guapo. Esto es aportación de la de 4 años, que se quedó prendada tras verle en los carteles electorales.

6. Que se turnen, un año cada uno. Para decidir el orden, volver al punto 2.

Hace un par de días, volví a lanzar la pregunta en un trayecto con los dos mayores. Les conté que íbamos a tener que volver a votar porque los cuatro candidatos no habían sido capaces de llegar a un acuerdo. La de 7, Natalia, volvió a apostar por piedra, papel o tijera. David, el de 8, por la carrera. Cuando Natalia volvió a mencionar al Rey, David le recordó que “en realidad no manda”. Bien por él que se ha acordado de mi clase exprés de Derecho Constitucional.

También hicieron alguna aportación nueva, como dejar que sea presidente el que haya quedado quinto (ostras, ¿Gabriel Rufián, el de aquel discurso?). Reconozco que les condicioné un poco al preguntar: ¿Y les castigaríais por no haber logrado un acuerdo?

“¡Sí, les dejamos a todos sin iPad!”, respondió Natalia como un resorte. Ejem. Me habéis pillado, es nuestro castigo más habitual. “Mejor hacemos un sacrificio humano en un volcán”. ¿¿¿Mande??? “Sí, en un volcán que aún esté despierto”. ¿Pero te refieres a tirarlos dentro? Sí, los llevamos ahí y los empujamos. Este es mi hijo mayor. A veces le puede el entusiasmo, aunque este castigo no sé de dónde se lo ha sacado. En serio. Que nunca les hemos amenazado con tirarles a un volcán. Ni en el peor de los días. Aunque si los cuatro que ya nos sabemos no logran un acuerdo tras el 26-J, podemos rescatar la idea.