Qué ver en Irán en un viaje de 10 días
De mi último viaje a Irán me quedó pendiente este post. En un país tan grande y de geografía tan diversa, ¿qué sería lo imprescindible en un viaje de unos 10 días? Ésta es mi propuesta:
Irán es un país maravilloso que merece una visita, pese a tener un gobierno de ancianos trasnochados y crueles capaces de azotar a unos estudiantes porque hicieron una fiesta mixta. Por desgracia, una cosa son las gentes de un país y otra, sus dirigentes. Y en Irán hay unabismoentre unos y otros. Si no tienes mucho tiempo en tus vacaciones, éste es un recorrido muy recomendable porel sur del país para una primera aproximación .
Isfahan
Es la visita imprescindible. Aprovechando que Turkish Airlines vuela vía Estambul a ocho ciudades diferentes de Irán, me quité de en medio Teherán, que pese a ser la capital no es ni mucho menos lo más interesante del país, y entre directamente por esta ciudad histórica, cuyo casco monumental es para dedicarle como mínimo dos o tres días. Deambulareis seguro por la gran plaza Naghsh-eJahan, que es un teatrillo de la vida social iraní. Perdeos por sus cinco kilómetros de bazar, ir a cenar alguna noche al restaurante Tradicional Banquete Hall, que está en el primer piso de esa misma plaza, cerca de la mezquita del Imán. Fotografiaos en sus muchas mezquitas, minaretes y palacios y no dejéis de cruzar sus famosos puentes sobre el río Zayandeh, en especial el puente Khaju y el puente Sio Seh.
Kashan
Otra ciudad-oasis de la ruta de la Seda, con casas de adobe y un bazar pequeño pero muy interesante. No es tan impactante como Yadz, pero se suele hacer como excursión desde Isfahan, de la que dista 182 kilómetros. Tiene un casco antiguo lleno de mezquitas, casas históricas y monumentos civiles. Alejado del centro está el jardín Bagh-e-Fin, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Yadz
Para mi fue la gran sorpresa del viaje. Porque de Isfahan te esperas lo que vas a encontrar, pero lo que no imaginas es hallaruna auténtica ciudad-oasis de la Ruta de la Seda como Yadz, con todo un laberinto de callejuelas estrechas e irregulares, flanqueadas por casas de muros de adobe por las que parece que te vas a cruzar en cualquier momento con Marco Polo y su comitiva. Además la parte antigua es una ciudad peatonal y recogida, perfecta para hacer a pie y muy amigable con el viajero porque todo queda cerca. La mezquita del Viernes es bellísima, así como el ambiente del bazar, pero lo mejor es deambular por sus callejas en el claroscuro del atardecer o subir a alguno de las muchas azoteas que se han habilitado ya como miradores y restaurantes para deleitarse con la vista de ese mar de cúpulas de barro, minaretes y torres de ventilación.
Castillo de Meybod
Es una de las excursiones clásicas desde Yadz y merece mucho la pena, pero al estar en la ruta Isfahan-Yadz se puede hacer como para intermedia en el viaje entre estas dos ciudades. La fortaleza es de las más antiguas de Persia.
Saryadz
Una de las excursiones clásicas desde Yadz. Se trata de antigua ciudadela de barro fortificada que se ha conservado casi íntegra porque siempre estuvo en uso, últimamente no como habitación sino como almacenes de grano y alimento. Llegó a albergar más de 400 viviendas familiares, de las que algunas están en perfecto estado de uso. Resulta conmovedor deambular por los estrechos vericuetos de esta laberinto de barro en 3D.
Caravanserai Zein-o-din
Un caravanserai era una antigua fonda la ruta de la Seda, con estancias para los viajeros, establos para sus monturas, almacenes para las mercancías y salas de reuniones para cerrar tratos. De los casi mil que hubo en Persia solo uno se construyó con planta circular: éste de Zein-o-din, a 60 kilómetros al sureste de Yadz. Data de 1575 y hoy, perfectamente restaurado ofrece restaurante y alojamiento (en habitaciones múltiples, tipo alberge). Merece la pena llegar a ver atardecer desde su terraza superior. Se suele visitar en la misma excursión de día desde Yadz, junto con Saryadz.
Otras excursiones desde Yadz
En cuanto pongáis un pie en Yadz os ofrecerán excursiones a varios lugares de los alrededores, entre ellos Chak Chak, un viejo templo zoroástrico, que no merece nada la pena; mejor que dediquéis ese tiempo a otros lugares. También a Karanak, una ciudad de barro abandonada; resulta un poco más interesante que Chak Chak, pero tampoco es para tirar cohetes; se ve en media hora.
Persépolis
Otro de los imprescindibles en un corto viaje por el sur de Irán. La antigua capital del imperio persa llegó a ser una ciudad fastuosa, repleta de templos y riquezas, levantadas sobre una plataforma natural del desierto, a unos 45 minutos de la actual Shiraz. Pese a que Alejandro Magno la destruyó en el 331 a.C., sus ruinas son hoy unas de las más impresionantes de la Antigüedad, y un sitio de visita inexcusable en Irán. Ojo: en verano puede hacer mucho calor y no hay una sombra; preved agua, protector solar y gorra.
Naqsh-e-Rustam
La necrópolis de los reyes persas recuerda ineludiblemente a Petra. Solo que estas tumbas excavadas a media altura de un acantilado para servir de última morada a grandes monarcas como Dario I o Jerjes tienen casi mil años más de antigüedad que las nabateas. Otro sito al que recomiendo encarecidamente ir. Está cerca de Persépolis y se visita en la misma excursión. Hay un buen restaurante a mitad de camino de Persépolis a Naqsh-e-Rustam en el que hacer un alto para comer entre ambas visitas. Si vais con un chófer local de Shiraz, seguro que os parará allí.
Shiraz
Otra de las grandes ciudades monumentales del sur, aunque nada comprable con Isfahan. Shiraz es más moderna y aunque tiene muchas cosas que ver, no conserva un casco histórico tan compacto y bello como la primera. Imprescindible el mausoleo Shah-e-Cherag, uno de los centros de peregrinación más santos y famosos de Irán; recomiendo ir al atardecer. Son muy interesantes también las dos secciones del bazar Vakil, separadas por la calle principal del centro histórico: kilómetros y kilómetros de abigarrado, sensorial y perfumado bazar lleno de todo tipo de productos. También hay que ver la ciudadela y el resto de mezquitas y jardines. Shiraz es un buen punto para abandonar el país porque tiene aeropuerto internacional. Yo lo hice así y volé desde allí a Estambul de nuevo con Turkish Airlines.
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