14 fotosLas bodas sin amor de los apátridasLos rohingya son una de las minorías étnicas más perseguidas del mundo. El matrimonio infantil y concertado entre refugiados en Malasia es una realidad habitual en la que ambas partes defienden salir beneficiadasNatalia LázaroKuala Lumpur - 30 may 2016 - 08:26CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa mayoría de mujeres musulmanas rohingya huyen a Malasia, un país que acepta su religión, a través de Tailandia. Una vez llegan allí en barcos, son retenidas en campos de personas por traficantes que las someten a violaciones y otros abusos (falta de comida, higiene y agua) hasta que algún familiar ya asentado en Malasia paga alrededor de 1.500 euros por su rescate. NATALIA LÁZAROAl ser considerados inmigrantes ilegales por el Gobierno malayo, varias generaciones de niños refugiados no han sido escolarizados ni tenido acceso a educación secundaria ni universitaria. Son las mismas comunidades de refugiados con la ayuda de Naciones Unidas quienes imparten voluntariamente clases semanales de inglés y matemáticas para dotarles de conocimientos básicos hasta una edad temprana. NATALIA LÁZAROUna vez en Malasia, las mujeres rohingya permanecen en casa cuidando de sus hijos y atendiendo las necesidades de sus maridos que trabajan mayoritariamente en la construcción y otros servicios de manera informal. La mayoría de ellas no habla inglés ni ha trabajado nunca por lo que las oportunidades y voluntad de ser independientes se dan en contadas ocasiones. NATALIA LÁZAROLas consecuencias psicológicas de una etnia perseguida y la falta de acceso a la educación han convertido a las mujeres rohingya en blancos vulnerables no solamente en su país, sino también como refugiadas en Malasia. Organizaciones de ayuda a las mujeres refugiadas trabajan para combatir esta situación consecuencia del miedo y la falta de amparo legal de estas mujeres. NATALIA LÁZAROLa mayoría de matrimonios rohingya son registrados dentro de sus comunidades. Como consecuencia, un gran número de niños que nacen en Malasia no son reconocidos con la nacionalidad malaya. Esta condición, sumada al estatus de apátridas que sufren en su país, les impide vivir como ciudadanos garantes de derechos básicos. NATALIA LÁZAROResultado de la pobreza y la falta de protección legal, generalmente las mujeres rohingya en Malasia tienen sus hijos en casa con la ayuda de otros refugiados de la comunidad. Muchas de ellas no reciben atención médica durante todo el embarazo y se dirigen a los centros de salud pasadas unas horas después del parto para poder solicitar un certificado de nacimiento para sus hijos. NATALIA LÁZAROLa ‘carta blanca’ es el único documento oficial del que disponen los rohingya en Myanmar. Sin derecho a un documento de identidad, en ella constan sus datos personales y es necesaria para realizar cualquier tipo de movimiento entre aldeas, solicitar permisos de matrimonio o trabajo en organismos no liderados por las autoridades birmanas. NATALIA LÁZAROSon muchos los menores rohingya que llegan a Kuala Lumpur sin adultos que los acompañen. Sus padres han sido detenidos en la frontera por las autoridades y los menores viven con otros refugiados que les acogen hasta la liberación de sus familiares.NATALIA LÁZAROMalasia acoge actualmente una de las mayores poblaciones de refugiados urbanos en el mundo procedentes de países de Asia, África y Oriente Medio. En el caso de los rohingya, habitualmente tres o cuatro familias comparten un solo piso en bloques o áreas habitadas por refugiados de su misma etnia. Cada familia alquila una habitación en la que raramente disponen de colchones y otras facilidades. NATALIA LÁZAROLa presión de muchas chicas adolescentes por adoptar el rol de segundas madres dentro del hogar termina por relegar a deseos sus expectativas de vida. La escolarización y la incorporación al mercado laboral por parte de la mujer supone un riesgo de seguridad para ellas por lo que la vida en casa termina siendo la opción de vida más común para todas.NATALIA LÁZAROCasarse en Malasia es más fácil ya que es el marido quien asume todos los gastos de la boda y se compromete a mantener a su esposa de por vida. En Myanmar, en cambio, son los padres de la novia quienes pagan las demandas del marido (tierras y otros bienes) además de la ceremonia y los permisos necesarios para realizar el contrato. NATALIA LÁZAROLos padres de estas chicas conciertan los matrimonios de sus hijas para protegerlas de los acosos que sufren si están solteras. Los casamientos tienen lugar entre completos desconocidos que en muchas ocasiones terminan en escenarios de violencia de género.NATALIA LÁZAROFamilias de dos o tres generaciones de rohingya esperan en Malasia ser reasentados por Naciones Unidas en países de acogida como Estados Unidos o Australia. Este proceso, que empieza por la solicitud de asilo y el consecuente registro como refugiados en ACNUR, suele durar un mínimo de siete años.NATALIA LÁZAROLa Rohingya Society in Malaysia (RSM) defiende la importancia de organizar proyectos dedicados exclusivamente a las mujeres que les doten de nuevos valores en los que reconozcan y demanden sus derechos como mujeres ante la propia comunidad y su entorno. Muchas no se muestran receptivas a participar en talleres de costura o inglés porque no ven el sentido de incorporarse. Los expertos alertan del riesgo a que acepten la renuncia de su autonomía. NATALIA LÁZARO