Frenesí deportivo
Todos conocemos a personas que no pueden pasar un fin de semanasin competir. Tras el ajetreo semanal se lanzan alegremente a la piscina de la práctica de duros deportes y, lo que es peor, en muchos casos de modo intenso.
Craso error, pues logran justamente el efecto contrario, incluido dañar un poco más a su sitema nervioso, bien necesitado de reposo, calma y tranquilidad. Está sobradamente demostrado que hacer un ejercicio exagerado que suponga derrochar gran caudal de energía física o disputar partidos de gran intensidad es contraproducente, pues genera irritabilidad, confusión mental y, por último, ruina física. Y es que, como todo en la vida, es bueno hacer deporte, pero de acuerdo con nuestras posibilidades.— Emiliano López Sánchez. Zaragoza.
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