Jennifer Lawrence se siente gorda para Hollywood

Firmas de moda que exigen una delgadez insana, anuncios prohibidos por mostrar a modelos demasiado delgadas, actrices que denuncian el uso excesivo del photoshop... Cada día amanece con una polémica nueva sobre los estereotipos relacionados con el peso. La enésima reivindicación a favor de unos estándares de belleza reales viene ahora de la mano de Jennifer Lawrence. "Todo el mundo me dice: 'Nos encanta que haya alguien como tú, con un cuerpo normal', pero lo cierto es que yo no siento que tenga un cuerpo normal. Hago pilates cada día; como, pero hago mucho más ejercicio de lo habitual", cuenta Lawrence a Harper's Bazaar. 

La actriz de Los juegos del hambre asegura que la sociedad "se ha acostumbrado tanto a la extrema delgadez que cuando alguien tiene un peso normal, pensamos: 'Oh, mira esas curvas". Y añade: "Eso es una auténtica locura. Tendríamos que subir el mínimo de peso que consideramos que está bien. Al menos para que yo deje de sentirme como la más gorda", explica.

Por todo esto, Lawrence cree que es necesario crear un nuevo prototipo de belleza en Hollywood y redefinir el concepto del peso que está bien visto: "Pensamos que la gente súper delgada tiene un buen cuerpo y eso hace que aquellas personas que realmente tienen un peso sano se sientan gordas", explica la intérprete. 

Jennifer Lawrence tiene 25 años y es una de las actrices más cotizadas del planeta. Con su prometedora carrera —con la que ya ha conseguido un Oscar— se ha ganado el favor de millones de seguidores en todo el mundo, que la admiran por su talento pero también por su naturalidad y su físico. 

La actriz es la última en subirse a la ola de celebrities que rompen una lanza a favor de la belleza natural. Hace solo unos días, la actriz Amy Schumer arremetió contra la revista Glamour por incluirla en una lista de famosas de talla grande, junto a Adele, Melissa McCarthy y Ashley Graham. La actriz consideró que su inclusión en esta lista podría enviar un mensaje equivocado a las jóvenes. 

Ese mismo día Reino Unido prohibió un anuncio de Gucci por "la delgadez insana y la esquelética figura" de una de sus modelos. Y solo 24 horas después, Erin Heatherton, exángel de Victoria's Secret reveló que la firma de lencería le pedía que cada vez bajara más de peso. En una entrevista a la revista Motto, reconoció que se sentía tan presionada que se deprimió y se planteó dejar de comer.