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Tentaciones

Pet Shop Boys o cómo seguir 35 años siendo unos 'niñatos' del pop

Llevan décadas juntos y aseguran no haber discutido ni una sola vez. El dúo británico ha encontrado en Berlín su segunda casa y en su vida nocturna la fuente de inspiración para su nuevo disco, 'Super'

Joseph Sinclair

Neil Tennant y Chris Lowe, también conocidos como Pet Shop Boys, pasan unos tres meses al año en Berlín. Allí tienen un estudio de grabación que les sirve para escapar de las distracciones de Londres, y en el que trabajan haciendo pausas solo para tomar café y alguna que otra sesión clubber dominguera. De hecho, el dúo de pop electrónico que más ha incitado al baile sin dejar de poner cara de palo conoce el secreto que muchos fiesteros de la ciudad ansían: cómo traspasar el umbral de Berghain, el club berlinés famoso por su hermética política de puerta. "Todo el mundo va de negro, y nosotros también", dice Lowe. "Les gustan los tatuajes, los piercings y las camisetas de tirantes, y no les gusta la alta moda ni lo ostentoso. Muchos italianos se quedan fuera por arreglarse demasiado. Aunque le puede pasar a cualquiera. Un amigo nuestro alemán esperó durante dos horas y no entró porque llevaba una pinta muy normal". El dúo se viste para la ocasión con sus mejores galas oscuras pero, como confiesa Tennant, su flemático cantante, también hay otros trucos: ellos suelen estar en la lista de puerta, lo que les evita sorpresas de última hora. Una vez dentro, en el turno de la tarde, coinciden con la fauna noctámbula que lleva tres días sin dormir. El resultado de esas y otras experiencias berlinesas ha sido Super, un disco que continúa lo que empezó Electric (2013), su mayor éxito comercial en el mercado anglosajón en 20 años. Un álbum eufórico, sin un solo instrumento tradicional, y que está íntimamente ligado a esa ciudad y su vida nocturna. Por eso fue bautizado con una expresión típica entre los alemanes.

¿Os sentís parte del árbol genealógico de músicos que se inspiraron en Berlín?

Neil Tennant: David Bowie, U2 y Depeche Mode grabaron en los estudios Hansa, mirando al muro de Berlín cuando la ciudad todavía está dividida. En la historia de la música eso es el Berlín clásico. Pero ahora es un lugar moderno y hipster, muy diferente de esa imagen decadente que transmitieron ingleses como Bowie o Christopher Isherwood [autor de la novela Adiós a Berlín en la que se basó Cabaret]. De eso queda poco. Aunque es cierto que los clubes son muy explícitos, en Inglaterra no se hacen las cosas tan abiertamente. Los alemanes tienen una actitud diferente en torno al sexo.

Ya que mencionáis Berlín antes de la caída del muro, ¿cómo vivisteis los años del telón de acero?

Neil: No fuimos censurados. En Rumanía, Ceaucescu autorizaba personalmente cinco discos de pop al año y uno de ellos fue nuestro Always on my mind. En aquella época éramos uno de los dos grupos más famosos en la URSS junto a Modern Talking. En 1983 actuamos en Moscú y allí comimos en el primer McDonald's de Rusia. Y en 1987 fuimos a conocer a unos niños rusos que llegaron a Londres de intercambio y que lo primero que pidieron fue hablar con los Pet Shop Boys.

Chris Lowe: Rusia ha cambiado mucho. Nada más desplomarse el comunismo era un sitio increíble.

Neil: Salimos de noche por San Petersburgo y no había taxis, así que la policía nos llevó a casa. Me pidieron mi reloj a cambio, pero no se lo di. Ni tampoco les dimos dinero. Ahora suceden todos esos ataques homófobos, fomentados por el gobierno. Los rusos son diferentes a sus políticos, pero es una situación difícil.

Chris Lowe
Chris LoweJoseph Sinclair

¿Seguís yendo de clubbing fuera de Berlín?

Chris: No muy a menudo. En Londres me gusta Savage, un bar de strip tease que algunas noches se transforma en un club cuya puerta está flanqueada por drag queens con barba. Es muy divertido.

Neil: En Los Ángeles vamos a un sitio similar que se llama Dragula. Lo pasamos estupendamente, me recuerda al Londres de antes.

La gentrificación ha transformado la capital británica, pero años atrás ya os quejábais de la vulgaridad y el despilfarro de los clubes, de las botellas caras y los reservados.

Neil: El tema Inner sanctum, de Super, se refiere a eso; pero nuestra intención no es juzgar.

Chris: Hace años que no voy a Ibiza porque no me gusta esa cultura VIP. Salir es tan caro que ya no existe la mezcla de gente.

¿En Las Vegas, donde actuáis a menudo, tampoco salís de noche?

Chris: Una vez llegamos al Hard Rock Hotel de allí y, cuando abrimos las cortinas, descubrimos que había un fiestón piscinero justo debajo de nuestro cuarto.

Neil: Yo me encerré en el baño a escuchar música clásica. En otras circunstancias nos habríamos unido, pero teníamos que trabajar al día siguiente y veníamos cansados del viaje desde Los Ángeles. Aunque para mí la música de esos sitios es como de pinchadiscos de bodas. Nunca falta el Jump around [el hit de los raperos House of Pain].

Neil Tennant
Neil TennantJoseph Sinclair

Muy caseros tampoco sois. Una de las influencias del nuevo disco es el reggaeton que escuchásteis en un club de Bogotá.

Neil: ¡Sí! Sobre todo se nota en el tema Twenty-something. En Los Ángeles escuchamos la radio latina y nos atrae mucho el sonido de sintetizador barato. Ese 'arriquitiqui' que copiamos a la canción Qué calor, qué calooooor [canta]… Stuart Price, el productor del disco, no estaba familiarizado con eso y nos lo pulió. Lo tuvimos que despulir por nuestra cuenta.

El dúo se complementa a la perfección: Tennant es erudito y florido; Lowe cáustico y breve. Se conocieron en una tienda de equipos de sonido en el Londres thatcheriano allá por 1981, cuando Lowe acababa de licenciarse en arquitectura y Tennant trabajaba como periodista en la revista pop Smash Hits. En los 35 años que llevan trabajando juntos no han discutido ni una sola vez. Han sobrevivido a la euforia ravera, la apatía del grunge y la ironía hooligan del brit pop. Y todo sin desconectarse con lo que les rodea ni dejar de hacer lo que les viene en gana. En la ceremonia de clausura de las olimpiadas londinenses actuaron mientras pedaleaban ataviados con gorros puntiagudos. Lowe volvió de la ceremonia en metro.

¿Creeis que a vuestra edad [Tennant tiene 61 y Lowe 56] seguís conectando bien con un público joven?

Neil: Depende. En algunos sitios tenemos un público más gay o más joven que en otros. Actuamos en muchos festivales, y allí estás frente a gente de todas las edades. Los conciertos suelen ir muy bien. Antes del festival nos ven como las típicas leyendas y allí cambian de opinión.

Johnny Rotten dijo en una ocasión que no os esforzáis nada en directo.

Neil: Pero si me muevo muchísimo en el escenario, ¡más que Rotten seguro! Acabo agotado. Yo creo que está celoso, me lo contó una amiga en común. Nosotros criticamos el catolicismo con It´s a sin y le hubiera gustado hacerlo a él.

Chris: Es que tus movimientos están coreografiados, no como los rockeros, que van de un lado al otro del escenario animando a la gente.

"Hace años que no vamos a Ibiza, no nos gusta esa cultura VIP. Salir se ha hecho tan caro que ya no existe la mezcla de gente"

Neil : En It´s a sin y Domino dancing me muevo a mi aire y hago que el público cante.

Chris: No tenía ni idea, porque siempre haces lo mismo. La verdad es que no te presto atención, ¡y resulta que te has convertido en un dios del rock!

Neil: Es que nosotros no somos Kraftwerk.

Chris: Eso es: Rotten no nos habrá visto en directo y pensará que nos movemos tan poco como Kraftwerk.

En Groovy habláis de veinteañeros fardando por barrios de moda. ¿Es más difícil mirar cuando se es famoso?

Neil: Solo pienso en ello si alguien lo menciona. Aunque probablemente no vaya a sentarme en una cafetería, la gente me reconoce y me pide fotos, algo a lo que siempre nos negamos. Damos autógrafos pero no posamos para fotos: los fans las cuelgan en Facebook y todo el mundo sabe dónde hemos estado.

La charla con Pet Shop Boys es irrefrenable y nunca se sabe hacia dónde va a evolucionar. Lowe se acuerda de lo mal que lo deben estar pasando los fabricantes de bolígrafos en la era digital. Tennant, en respuesta, recuerda que fue al preestreno de La guerra de las galaxias cuando trabajaba como editor en Marvel Comics. Solo un tema les pone serios: la muerte de David Bowie. "Nadie se imaginaba que estuviese enfermo. Fue una sorpresa para todos, incluso para él mismo", musita Tennant.

'Super' -que ellos imaginan pronunciado a la alemana- es Pet Shop Boys en su versión más enérgica y pistera
'Super' -que ellos imaginan pronunciado a la alemana- es Pet Shop Boys en su versión más enérgica y pistera

Compusisteis parte del disco de gira con Take That. Una extraña pareja.

Neil: Yo no la veo tan extraña. Nos eligieron porque nos referencian mucho, Robbie Williams en particular. Fue una gira muy agradable. Terminábamos temprano y nos íbamos a cenar. Tuvimos ocho llenazos en Wembley, ni Michael Jackson logró eso.

Chris: Estamos disponibles para telonear, pero solo si son varias noches y en estadios.

Neil: No voy a decir el nombre, pero otro grupo nos quiso como teloneros y lo rechazamos. No se nos puede llamar solo para una noche.

¿Quiénes son los Pop kids que dan nombre a uno de los temas del disco?

Neil: Un amigo mío más joven y su novia, que estudiaban en Londres durante los 90 y salían cinco noches a la semana.

Chris: ¿Solo cinco? Vaya unos blandos.

Neil: Siempre me ha gustado la gente que tiene pasión por la música. Cuando Chris y yo nos conocimos éramos un poco así. Teníamos discos de pop y de música de baile. También éramos chicos pop.

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