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Veronica Blume: "Tengo una profesión no del todo sana para una mujer"

Dice sentirse un bicho raro, la antimodelo. A sus 38 años mira con sabiduría un trabajo que empezó con 15. Y se refugia en el yoga

Veronica Blume posa en exclusiva para ICON con una blusa de seda de Christian Dior.
Veronica Blume posa en exclusiva para ICON con una blusa de seda de Christian Dior.Chus Antón

“¡Eso es un engaño!”. Veronica –sin tilde– Blume lo dice sin rastro de acritud. De hecho, le divierte que después de 23 años de profesión se la siga considerando una “modelo española” cuando su biografía es más bien internacional: nacida en Waldshut-Tiengen (Baden-Wurtemberg, Alemania) de padre alemán criado en Argentina, creció entre el Uruguay de su madre y Austria. Luego se trasladó a Barcelona pocos años antes de instalarse en Nueva York tras ganar casi sin querer un concurso internacional organizado por la prestigiosa agencia Ford. “Cuando me presenté al concurso vivía en Barcelona, así que me convertí en la representante española. Luego ya se me quedó esa etiqueta. Era gracioso porque en esa época muchas de las modelos españolas éramos rubias con los ojos claros. A los americanos no les encajaba”.

Tengo 38 años, y ya no pretendo ser modelo a tiempo completo porque me voy a frustrar, y me voy a tener que inyectar mucho

Se refiere a colegas como Judit Mascó, Vanessa Lorenzo o Martina Klein, otra modelo con raíces sudamericanas y centroeuropeas. Con ellas compartió la edad de oro de las top models de principios de los noventa, cuando la MTV las convirtió en las nuevas estrellas del pop. “Fue una época muy divertida. De repente, eras como Mick Jagger sin saber muy bien por qué”, recuerda. Sin embargo, para Veronica los comienzos no fueron fáciles: “Cuando gané aquel concurso, debía representar que me sentía como si me hubiera tocado la lotería, pero para mí fue una mala pasada. Yo era una niña de 15 años, muy de mi familia y de mis amigos y me cayó un contrato que me obligaba a quedarme un año trabajando en Nueva York. Debía hacer ver que estaba encantada, pero yo pensaba: ‘¿Y cómo salgo ahora de esta?”.

Veronica viste para la foto blusa de seda Christian Dior.
Veronica viste para la foto blusa de seda Christian Dior.Chus Antón

Sin embargo, poco a poco lo que para ella debía ser una breve etapa profesional en la que aprovechar la inercia de un golpe de suerte se convirtió en una larga trayectoria en el mundo de la moda. “Yo pensaba hacer esto hasta los 20 y luego estudiar Periodismo o algo así. Pero en el mundo de la moda es muy difícil hacer planes. Los trabajos van saliendo y no te puedes comprometer con nada más. Una cosa llevó a la otra y aquí sigo. Pero sí que creo que 15 años es muy pronto para empezar a trabajar y viajar tanto”. Una personalidad algo atípica en la profesión que, con apenas 16 años, la llevó a afirmar en una entrevista a EL PAÍS: “Aquella de la pasarela no soy yo”. Se supone que con el tiempo se fue haciendo un poco con el papel, ¿no? “Siempre me he sentido muy bicho raro. De hecho, me han llegado a llamar la antimodelo. Siempre me he sentido un poco fuera de lugar. A la gente que me conoce de verdad le resulta sorprendente que sea maniquí”.

Lo que no le sorprendió a sus allegados es que con solo 26 años, en el momento cumbre de su carrera, Veronica hiciera una pausa para tener un hijo, que hoy tiene 12 años. “Fue algo muy buscado. Tenía claro que quería ser mamá desde que cumplí los 16. Mi carrera nunca fue mi mayor prioridad. Así que, cuando me quedé embarazada, me dije: ‘Yo me voy a vivir a Ibiza. Lo dejo todo’. Y si alguien osaba decirme algo, le daba un zarpazo”, bromea.

Era una niña de 15 años, muy de mi familia y de mis amigos y me cayó un contrato que me obligaba a estar un año en Nueva York. Yo pensaba: ‘¿Y cómo salgo ahora de esta?

Para ella, la maternidad supuso además descubrir una nueva vía de crecimiento personal. “Con el embarazo, la relación con mi cuerpo cambió. Descubrir cómo lo que hasta entonces era mi herramienta de trabajo se transformaba en algo capaz de crear vida… Así descubrí el yoga y entré en otra dimensión. Me abrí a nuevas experiencias”. A los lectores de ICON que sientan prejuicios hacia el yoga y ahora mismo estén considerando seriamente pasar de página, Veronica tiene algo que decirles: “Un hombre que practica yoga es una de las cosas más sexis que hay. Siempre lo digo: ven a probarlo. No estamos todo el tiempo levitando. No olemos a pachulí ni tocamos el gong”.

Decidida a compartir lo que para ella ha sido un descubrimiento que le cambió la vida hace ahora 12 años, en septiembre Veronica inauguró en Barcelona The Garage, un centro de yoga donde ella misma imparte cursos y que concibe como el punto de partida para muchos otros proyectos relacionados con el bienestar. “Llevo trabajando desde mi adolescencia en una profesión con muchos privilegios pero que tampoco es del todo sana para la mente de una mujer. Por eso, montar una empresa ha sido un aterrizaje. Yo no soy maestra de nada, solamente comparto lo que me hace bien. Y el contacto cercano con la gente me aporta mucho, porque la profesión de modelo crea cierta distancia”.

Veronica Blume posa para ICON en el restaurante barcelonés Il Giardinetto con blusa, falda y capa, todo, Gucci.
Veronica Blume posa para ICON en el restaurante barcelonés Il Giardinetto con blusa, falda y capa, todo, Gucci.Chus Antón

A pesar de la dedicación que esta nueva faceta profesional le exige, Veronica no piensa abandonar del todo su carrera en el mundo de la moda: “El trabajo de maniquí alimenta una parte del ego, del juego de la seducción, que es muy divertido. Tengo 38 años, y ya no pretendo ser modelo a tiempo completo porque me voy a frustrar, y me voy a tener que inyectar mucho y hacerme cosas que no quiero hacerme. Seguiré trabajando porque hacer cosas como estas son esenciales para sostener muchos otros trabajos que resultan menos divertidos, aunque interesantes en otros aspectos. Mientras las carnes aguanten, yo seguiré”.

 Realización: Ana Murillas. Maquillaje y peluquería: Sonia (Kasteel Agent) para Giorgio Armani Beauty y Aveda. Asistente de fotografía: Ahida Agirre. Asistentes de estilismo: Sergio Guerrero y Patricia Waltz. Agradecimientos: Il Giardinetto. Carrer La Granada del Penedès, 2. Barcelona. Tel. 932 187 536. www.ilgiardinetto.es.

Esta entrevista se publicó en el número de 'ICON' de abril de 2016.

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