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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Bruselas

Viví en Bruselas de 1975 a 2012, con mi familia, enseñando el español en el Consejo Europeo. Charlaba en esta lengua con mi zapatero de Larache, bromeaba con los vendedores magrebíes del mercado de St. Gilles, las primeras maestras de mis nietas en la escuela belga llevaban nombres musulmanes y cuando murió nuestra hija en el hospital Erasme, una enfermera de la emigración marroquí que la había cuidado tiernamente le puso en el cuello la mano de Fátima para que la protegiera en su último viaje. Esa es mi Bruselas, la que yo guardo en la memoria y en el corazón. Un crisol de culturas, de lenguas, de religiones, de formas de ver la vida, pero que convivía armoniosamente en barrios muy diferenciados a los que todos íbamos sin temor y sin odio. ¿Qué le ha pasado a estas terceras generaciones que ensucian la esencia, la razón de ser de Bruselas? ¿Volverá a recuperar su ambiente cosmopolita único, su tolerancia, su mezcla, su oferta cultural y variopinta, todo lo que siempre ha conseguido, entre otras cosas, que uno allí no se sienta extranjero?— Dolores Soler-Espiauba.

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