La maquinilla de afeitar, tan obligatoria como el uniforme
Polémica en Israel por la orden de afeitado de los soldados, en contra del mandato bíblico

Benjamín Netanyahu parece estar poniendo sus barbas a remojar ante el clamor de sus socios de coalición ultraortodoxos en el Gobierno de Israel. La entrada en vigor este mismo mes de una orden del Estado Mayor que obliga a los soldados a afeitarse ha desatado una nueva polémica en el Estado judío, donde política y religión se entremezclan inevitablemente. El mandato bíblico contenido en el Levítico “no dañaréis los bordes de vuestra barba” es acatado —en una escala de longitud decreciente— por ultraortodoxos, judíos tradicionales y nacionalistas religiosos.
El Tribunal Supremo de Israel —que estableció en 1997 que “la barba de una persona es parte de su identidad”— paralizó el pasado verano la obligación del afeitado en las Fuerzas Armadas, en un país donde los hombres tienen que cumplir tres años de servicio militar a partir de su mayoría de edad, mientras las mujeres son alistadas durante dos años.
Debidamente reformada por las autoridades militares, la normativa sobre barbas en el Tzahal rige desde el pasado día 1. Tras los soldados no practicantes, laicos o ateos, ahora están siendo los soldados judíos ortodoxos quienes se quejan por no recibir el mismo trato que sus compañeros de filas ultraortodoxos, a los que sigue dando también su bendición el rabinato castrense para conservar el vello facial.
El Estado Mayor quiere ahora que los reclutas exhiban la apariencia y la disciplina de un Ejército moderno. Pero el rabino Eli Ben Dahan, viceministro de Defensa y diputado de Hogar Judío, fuerza política de los colonos nacionalistas religiosos, se opone a una prohibición estricta de las barbas.
Una de las principales figuras de este movimiento, el rabino Zalman Relam, ha llegado incluso a llamar a la insubordinación contra los mandos que impongan el afeitado. En medio de la trifulca que amenaza con hacer tambalearse al Gabinete de Netanyahu, sostenido por tres partidos religiosos, hay quien ha llegado a recordar que solo los nazis se atrevieron a publicar un edicto para obligar a los judíos a prescindir de sus barbas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Asesinado a balazos un exinspector de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán
Trump exagera en un discurso a la nación los logros de su primer año y culpa a Biden de la marcha de la economía
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”





























































