Aulas-barracones
Veo las noticias sobre las aulas-barracones en Valencia y no me acostumbro. Llevo años viendo o escuchando historias, ya leyendas urbanas, sobre ellas y sus habitantes y nunca me quedo indiferente. Tampoco me he hecho inmune al resto de barracones educativos de otros lugares. No me acostumbro a ellos, ni a los discursos de todos los implicados autoexculpándose, ni al paso del tiempo mientras niños de este país, cuyos padres pagan impuestos, aguantan un mínimo de cinco horas diarias entre chapas. ¿Cuánto de icónico hay en el colegio 103 de Valencia? Barracones creciendo entre leyes educativas de ida y vuelta para estas aulas que a nadie importan. Eso parece y eso es.— Natividad Lara-Cepeda.
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