'Tangerine': una peli de prostitutas, transexuales y un iPhone5
La película de Sean Baker, grabada con un móvil, está revolucionando el cine. Su protagonista transexual ha conseguido un Independent Spirit Award
Sean Baker (New Jersey, 1971), director de cine independiente, está viviendo una larga luna de miel. Empezó en enero del 2015, cuando su quinta película salía del cascarón en la premiere del festival de Sundance. Aún no ha terminado, pero ayer le dejaba al director un sabor agridulce. Baker no se hizo con el premio al mejor director en los Independent Spirit Awards, pero si lo consiguió Mya Taylor, su protagonista. Por el camino, felicitaciones de los escritores Irvine Welsh y Bret Easton Ellis y odas de la crítica especializada: Indiewire, Rolling Stone y The New York Times, entre otras.
Tangerine es la primera peli filmada con un iPhone con una relación de aspecto cinematográfico -, menos de 117.500$, seis personas implicadas en el equipo, los hermanos Duplass inyectando dinero a través de su productora, y Mya Taylor y Kitana Kiki Rodriguez como las dos transexuales que interpretan a las dos protagonistas de esta alocada comedia desarrollada alrededor del cruce de Santa Monica con Highland, la zona conocida como el distrito rojo de Los Ángeles. Un cuento (anti) navideño moderno guiado por estas dos trabajadoras sexuales negras que buscan esclarecer el rumor que apunta a que el novio de una de ellas le ha sido infiel mientras pasaba tiempo encerrada en prisión, y que termina colisionando con otras de las minorías que pueblan las aceras colindantes de esta área durante toda una atípica y alborotada jornada. La película de Sean Baker no solo pone de manifiesto el interés creciente alrededor del colectivo transgénero, descubriendo dos actrices transexuales debutantes, Mya Taylor y Kitana Kiki Rodriguez, sino que además pone en valor nuevos modelos de producción a bajo coste para cineastas independientes o aspirantes a serlo.
¿Cómo surge la idea de Tangerine?
La película que hice antes de Tangerine se titulaba Starlet (2012). En ella exploraba la figura del trabajador sexual en la industria del cine para adultos. Quizás el interés nunca abandonó del todo mi sistema porque me sentí atraído por una popular intersección cerca de mi casa en Los Angeles. Es la esquina de Santa Monica y Highland, la cual se conoce como el distrito rojo de las prostitutas transexuales. Creo que la película es otra exploración del sujeto del trabajador sexual. Quizás esto termina siendo una trilogía. No estoy seguro.
¿Conociste a las dos actrices principales antes de escribir el guion?, ¿cómo las conociste?
Sí, Chris Bergoch (co-guionista) y yo conocimos a Mya Taylor en un local LGBT. Nos aproximamos a ella porque causó una impresión instantánea. Cuando le hablé sobre el proyecto ella expresó el tipo de entusiasmo que andaba buscando. Intercambiamos información y pronto nos reunimos semanalmente para discutir sobre el proyecto. Ella compartía historias y anécdotas de sus amigas que trabajan en las calles. A las dos semanas nos introdujo a Kitana Kiki Rodriguez, la otra protagonista de la cinta.
Toda la acción de la película tiene lugar en Nochebuena. No es la primera vez que tomas esa decisión de condensar el tiempo en una sola jornada. ¿Existe alguna razón para optar por eso?
En este caso el presupuesto tuvo mucho que ver con esta decisión. Es más barato hacer un film que tiene lugar en un solo día, porque la continuidad es más fácil y no hay cambios de vestuario, por ejemplo. Además, Chris Bergoch, el coguionista, salió con esta gran idea de situar la acción en Nochebuena. No importa si uno celebra la Navidad o no, la gente siempre asocia esta festividad a la família. Pero muchos transexuales han tenido que lidiar con el ostracismo al que han sido relegados por sus propias familias. Y vimos esa característica en muchas de las prostitutas transexuales del área de Santa Monica/Highland, sus únicos allegados son los amigos de esa comunidad.
En algunos momentos la película recuerda a Jo, ¡qué noche! ¿Fue la película de Scorsese una influencia?,
Jo, ¡qué noche! ha sido mencionada en varias ocasiones, pero siendo sincero, nunca fue una influencia. Creo que Grandes ambiciones (1988) y Secretos y mentiras (1996) de Mike Leigh fueron una gran influencia, especialmente en el clímax que tiene lugar en la tienda de donuts.
¿Por qué decidiste filmar la película con un iPhone 5?
Porque no disponíamos de dinero. Cada vez que hago una nueva película intento incrementar mi presupuesto. Pero no pude hacerlo esta vez, por eso decidimos utilizar lo que teníamos, que en este caso era el iPhone. Sacamos ventaja de este y lo usamos sacando todo su potencial.
¿Hasta qué punto rodar con un iPhone determinó el contenido de la película o su estética?
Hicimos todo lo posible para elevar el metraje grabado con el iPhone a un nivel cinematográfico. Sabíamos desde el principio que íbamos a intentar rodar algo que fuera digno de ser mostrado en pantalla grande. También nos propusimos hacer un film que comprometiera al público y lo activara en cierto modo. La saturación de colores vino durante los tests. Al principio quité la saturación los colores porque es un recurso estilístico propio del género ‘neo-realista’. Pero a medida que visionaba las imágenes desaturadas de Mya y Kiki sentía que algo no funcionaba. El estilo chocaba con el carácter colorido de los personajes, por eso decidí ir hacia el lado inverso y subir el color hasta el máximo. Automáticamente sentí que todo encajaba mejor.
¿Pasaste mucho tiempo en la sala de edición retocando la imagen?
En post-producción añadimos filtros, grano y subimos los colores. Sin embargo, el proceso fue drásticamente diferente al de cualquier tratamiento de color de otra pieza audiovisual. Al sacar el material registrado con el iPhone e importarlo directamente al ordenador, todo fue bastante indoloro.
Esta es tu quinta película como director, y en la mayoría de estas te has mostrado preocupado con alguna minoría social. ¿Es una constante en tu trabajo?, ¿sabrías explicar el porqué?
Creo que solo estoy interesado en las historias que no se han visto u oído. La diversidad en el cine o la televisión no es solo más interesante, sino vital para que la humanidad se acerque a la igualdad. Creo que la industria del cine y la televisión es extremadamente racista, sexista y clasista en sus retratos y visiones del mundo.
Tangerine tuvo su premiere en el festival de Sundance, y hasta la fecha ha recibido una gran atención por parte de los medios, además de muy buenas críticas en la mayoría de estos. ¿Si llegara la oportunidad te gustaría poner un pie en Hollywood?, ¿o preferirias permanecer en la libertad que gozas como director indie?
Bueno, me fijo en las carreras de Paul Thomas Anderson o los hermanos Coen. Ellos trabajan en el sistema de Hollywood pero aún pueden hacer lo que quieren. Sus carreras son el modelo perfecto.
¿Cuán difícil es estos días ser un director de cine independiente en los Estados Unidos?
Ahora mismo es extremadamente duro. La financiación se está convirtiendo en algo prácticamente imposible. Muchos de mis amigos cineastas se han pasado a la televisión. Mi única salvación es que no estoy casado ni tengo hijos. Si tuviera una família, no creo que pudiera ser capaz de ser cineasta.
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