La estupidez humana
Que la estupidez humana es, o puede ser, infinita era algo conocido. Ahora es fácilmente constatable, ya que los estúpidos parecen tener una especial tendencia para servirse de eso que llaman nuevas tecnologías para jactarse y alardear de sus hazañas. Así hemos podido ver desde estúpidos subir al puente colgante más alto hasta un descerebrado psicópata lanzándose en plancha sobre una piara de lechones causando la muerte de decenas de ellos. Lo último es un torero poniendo en riesgo a un bebé que resulta ser su propia hija. Resulta difícil imaginar un alarde mayor de estupidez.
Lo triste es que en todos los casos han sido medios de comunicación serios, televisiones o periódicos los que lo han publicado, proporcionando a los estúpidos aquello que precisamente buscan: más publicidad. ¿No sería mejor ignorarlos?— Sebastián Fernández Izquierdo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.