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Ropa, restos de comida, colchones, peluches y otros objetos reflejan que un día hubo personas en el complejo turístico inacabado ubicado en lo alto de un acantilado en la península turca de Cesme. Esta edificación se convirtió en la estancia de paso de los grupos de inmigrantes que esperaban a ser recogidos por contrabandistas que les proporcionarían los botes para cruzar a las islas griegas. La gran mayoría de los refugiados, provenientes de Siria, Afganistán e Iraq, debían permanecer días o semanas en este complejo abandonado, para realizar un viaje de alto riesgo al que se exponen niños, mujeres embarazadas y ancianos en busca de una mejor vida. Las autoridades turcas han despejado el área y han prohibido el acceso a este espacio con el propósito de detener el flujo de cruce de refugiados e inmigrantes a Grecia. En la imagen una de las habitaciones con restos de ropa y colchonetas abandonadas por los inmigrantes.
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Una parada entre Turquía y Grecia

Un complejo turístico inacabado en la península turca de Cesme ha servido de refugio a cientos de inmigrantes mientras esperaban a las mafias que les proporcionaban los barcos para cruzar el Egeo rumbo a las islas griegas

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