Los lloros de los poderosos

Barack Obama ya se mostró visiblemente emocionado en 2012 cuando volvió a ganar las presidenciales de su país. Pero no es el único mandatario al que se ha visto llorar ante el mundo. Hugo Chávez se despidió con lágrimas en los ojos de Venezuela antes de partir a La Habana, donde iba a someterse a un tratamiento contra su enfermedad. Cristina Kitcher lloró al recordar el legado de su marido Néstor ante los argentinos. También hemos visto a políticos emocionados por la aprobación de leyes impopulares. La ex ministra de Trabajo y Política Social de Italia, Elsa Fornero, rompió a llorar en 2011 cuando presentó en el parlamento un drástico plan de recortes en pensiones y gasto social. Y hasta Kim Jong Un se unió al llanto del pueblo norcoreano al conocer la muerte de su padre y líder de Corena del Norte, Kim Jong Il.