12 cosas que hacemos mal cuando viajamos en avión
Viajar era un placer. Al menos, hasta que se inventó la clase Turista de los aviones. Desde entonces meterse doce horas en un tubo presurizado en un asiento del tamaño de la mitad de tu culose ha convertido en la tortura necesaria para disfrutar luego de unas vacaciones.
Aquí van doce cosas que suelo evitar hacer cuando viajo en avión. Por si os sirven para hacer más llevadera la tortura (aunque no lo creo):
1. Cabrearte en el mostrador de facturación
Tengas o no tengas razón, nunca montes el numeritoal personal del mostrador de facturación. Tienes todas las de perder. Si el avión llega con retraso, la maleta se quedó en la conexión anterior o el motor del Boing está estropeado ellos tampoco tienen la culpa... pero sí tienen el poder de decisión sobre muchas cosas que te afectan. Os aseguroque se consigue más con una sonrisa o con un por favor, que con gritos.
2. Creertelas leyendas urbanas que circulan por internet
En muchas webs se aseguraque hay días de la semana en que son más baratos los billetes, que estos se encarecen siconsultas muchas veces un mismo buscador, etc. El copy/paste en este tipo de artículos es pasmoso. Los expertos del sector aseguranque no, los billetes más baratos no se encuentran los martes. Y otro no, las aerolíneas no cargan los precios una vez a la semana. Los precios se establecen de manera general y las modificaciones son el resultado de la oferta y la demanda. Tampoco te obsesiones con las cookies; si consultas varias veces en un buscadorpara un mismo vuelo no cambiará el precio del billete por ello. Otra cosa es que que tardes varios días en comprobar nuevamente y la tarifa haya variado en función de la disponibilidad.
3. Esperar a facturar en el aeropuerto
Siempre que puedas -y la aerolínea tenga habilitado este servicio en su web- haz el check-in online. Evitarás colas en el aeropuerto, afrontarás con más garantíasun posible overbooking y lo más importante: podrás elegir asiento. Un vuelo de 14 horas encajado en la butaca de en mediode un 777 puede ser peor que uncine-forum con la filmografía completa de Chuck Norris.Dependiendo de la política de la compañía, el tiempo habitual de facturación online suele ser entre 24 y 48 horas antes del vuelo.
4. Pensar que el billete más barato es el másbarato
Los habitual es lanzarnosa comprar el billete más barato sin atender a las especificaciones del producto. Por ejemplo, ¿llevo más de una maleta y me van a pegar un sablazo por facturar la segunda? ¿El avión aterriza en un aeropuerto secundario de la ciudad y el transporte al centro me va a costar más que lo que me ahorro? ¿El vuelo llega a las tantas de la madrugada y ya no habrá transporte público, porlo que tendré que pagar un taxi? ¿El billete más económico es el deuna compañía de todo a cien célebre por cancelar vuelos cuando le da la gana? ¿Estoy seguro al 100% de que no voy a tener que anular o cambiar de fecha el billete que he comprado conseis meses de antelación? Porque a veces por unos pocos euros más sepuede conseguir una tarifa más flexible que evite perder el monto total ya pagado. En aeronáutica, más que nunca, lo barato puede salir caro.
5. Fiarte de la oferta del primer buscador
Los buscadores de vuelo no siempre ofrecen la mejor de las tarifas. Revisa también las webs de laspropias aerolíneas. Puede pasar que, efectivamente, en un buscador de vuelo obtengas un descuento, pero luego te cobren por servicios adicionales o comisiones que no tendrías que abonar en la web oficial. Consulta siempre la posibilidad de tarifas especiales y reducidas cuando vueles en grupos numerosos.
6. No valorarbien los horarios y escalas
Si vuelas una vez al año y para un mes de vacaciones, a lo mejor no te importa dar media vuelta al mundo con tres escalas de seis horas cada una para ahorrarte 80 euros. Pero si vuelas a menudo me parece interesante tener en cuenta este tipo de cosas. Ir de España a Sudamérica vía Asia es un viaje muy cansado (aparte de una gilipollez). Comprueba las duración de las escalas de cada billete y decide en consecuencia. Otro asunto son los horarios de los vuelos transoceánicos. Siempre que puedas elige horarios nocturnos porque te será más fácil dormir en vuelo y combatir el jet lag cuando llegues. En un vuelo diurno de 12 horas hacia el este perderás una noche y tu reloj biológico necesitará varios días para reponerse del soponcio.Ya existen aplicaciones para el móvil que calculan las mejores combinaciones para evitar el jet lag, como por ejemplo Jet Lag Begone.
7. Volar vestido como para una cita
Nunca he soportado a los que van por los aeropuertos en bermudas y camiseta de tirantes, pero tampoco es necesario subir al aparato con tacones de aguja y falda de tubo o vaqueros de dos tallas menos. Elige bien la ropa que vas a llevar durante el viaje, que sea cómoda y suelta. Además y por norma general en los aviones suelen poner el aire acondicionado como para acojonar a un pingüino. Lleva siempre una chaqueta o algo ligero de abrigo, aunque vayas al Caribe.
8. Viajar cargado como un árbol de Navidad
A veces alucino viendopasajeros con prisas por los pasillos de un aeropuerto a los que les faltan manos para llevar cosas colgando: el portátil por un lado, la cámara por otro, el bolso, la maleta de mano, los regalos del duty free, el café del Starbucks, las revistas... y el pasaporte y la tarjeta de embarque asomando peligrosamente por el bolsillo de atrás del pantalón. Pierden algo, fijo. Agrupa los bultos todo lo que puedas, lleva lo mínimo colgando. Y pon el pasaporte y la tarjeta de embarque siempre dentro de un lugar seguro, no lo lleves en la mano.
9. Llegar con mucha antelación a losaeropuertos (es el primer síntoma de vejez)
No todos los aeropuertos son iguales. Esto puede parecer una perogrullada, pero es importante a la hora de gestionar la hora a la que presentarte en el mostrador. No es lo mismo volar desde el JFK de Nueva York un 25 de diciembre que tomar un vuelo nacional en elaeropuerto de Reus. Las aerolíneas suelen marcar un tiempo estimado para la facturación y el embarque (tres horas en el caso de vuelos internacionales) que me parece en la mayoría de los casos, excesivo. Ya paso bastantes horas en los aeropuertos como para regalarles tiempo "por si las moscas". Creo que con dos horas van que se estrellan, sobre todo si has hecho el check-in online.
10. Esperar a facturar para pedir asiento en salida de emergencia
¡Qué iluso! Eso ya pasó a la historia. Casi todas las aerolíneas han aprendido a sacarle dinero a esas filas especiales que tienen más anchura para las piernas. Lo normal es que se ofrezcan en la facturaciónonline con un sobreprecio, que puede ser de algunos centenares de euros en el caso de vuelos transoceánicos. Valóralo y si te merece la pena la relación precio/confort... no te cortes.
11. No cerrar bien la maleta
En teoría no debería pasar... pero a veces pasa (¡para que nos vamos a engañar!): llegas a destino y te han robado algo de la maleta. Yo siempre la cierro con bridas de plástico, pero sirve también un candado. No es que así sea inviolable, pero te queda al menos el placebo de pensar que antes que ir a por la tuya irán a por la de un pardillo que no leyó este post y no le puso bridas ni candado. También puedes envolverla como una momia en los servicios de retractilado con plásticoque se han puestode moda en los aeropuertos, aunque a mi particularmente no me gustan nada. Ten en cuenta que si viajas a EE.UU las maletas han de tener un sistema de cierrehomologado por el servicio de Aduanas norteamericano (venden candados de este tipoen todos los Duty Free)o de lo contrario lo romperánpara pasar el control.
12. Desconfiar de la química
Esto no es una incitación al desparrame con sustancias psicotrópicas -líbreme el Altísimo de parecerlo-, pero una ayudita para dormir en vuelos largos siempre se agradece. ¡Para eso inventamos la Química! No lo he consultado con ningún medico pero estoy seguro que es menos nocivo para la salud alguna pastilla que ayude a conciliar el sueño que doce horas de insomnio retorciéndote en el exiguo asiento de clase Turista. Las hay suaves -tipo Dormidina- que se vende en farmacias y no necesitanreceta; las más heavy requierenque se lo cuentes antes a tu médico de cabecera. Cuando me preguntan que qué es lo que nunca puede faltar en mi maleta, respondo que ni la Moleskine de Chatwin, ni un buen libro, ni hostias...¡la caja de Orfidal!
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