Manual de instrucciones para ver el otoño en Japón
No he venido a Japón en estas fechas por casualidad. Quería conocer el otoño japonés, cuando los bosques caducifolios adquieren esas tonalidades imposibles que todos hemos visto tantas veces en revistas y documentales. ¿Serían realidad o Photoshop? Ahora puedo decir que la realidad, en este caso, supera con creces a la imaginación (y al Photoshop).
El otoño en Japón es color, mucho color. También es textura, silencios, paz, armonía. El estallido final de una naturaleza que parece hecha para transformar al hombre en mejor persona. Los jardines japoneses son una invitación a la paz interior y a la serenidad.
Aunque son dignos de visitar todo el año, y en primavera se ponen espectaculares, cuando más les gusta disfrutar de ellos a los japoneses es en otoño. Tanto que existe una palabra que define la acción de salir a pasear para contemplar las hojas otoñales: momiji-gari.
He tenido la suerte de hacer momiji-gari en varios de ellos durante este viaje que estoy haciendo por la esquina suroeste de la isla principal del país. Me llamó mucho la atención el jardín del Adachi Museum of Art, en Yasugi-shi, prefectura de Shimane.
Se trata de un perfecto jardín japonés cuidado hasta el más mínimo detalle que rodea el edificio del museo (dedicado al pintor local Yokoyama Taikan, 1868-1958). Lo singular es que no se puede pisar ni acceder a él. El jardín es una obra de arte más del museo y se ve desde el interior, a través de unas grandes cristaleras o de unos vanos practicadas en las salas, a modo de marcos de cuadros. Como si se tratar de otra pintura de la colección ¡Una idea genial!
Otro jardín que me impresionó fue el de Yuushien, en Matsue, también en la prefectura de Shimane. Durante la temporada de otoño, que es algo así como la temprada alta de la horticultura japonesa, el jardín se ilumina todas la noche con miles de leds; un juego de colores sensorial y nada hortera que magnifica y complementa los rojos y amarillos de las hojas caducifolias. Un deleite para los sentidos.
Por supuesto, no son ni los únicos ni los más importantes jardines de Japón. Hay cientos por todo el país. Y también está el otoño natural del bosque templado caducifolio, el que más abunda en todo Japón, ya sea de frondosas al norte, o de coníferas (cedro, ciprés..) al sur. En ellos, los robles, hayas arces y olmos pintan un festival de colores cada año igual de maravilloso o más que el de los parterres trabajados por el hombre.
Aquí algunas recomendaciones por si queréis venir al país del sol naciente a ver el gran espectáculo de las hojas otoñales:
¿Qué árboles producen los famosos colores?
La especie clave en este fenómeno natural es el arce (o acer), un árbol originario de Japón. Hay más de 160 tipos de arces, algunos de hoja grande y otros, pequeña. En otoño, es el responsable del color rojo intenso que ha hecho famosos a los jardines y bosques japoneses.
El otro gran “pintor” del otoño nipón es el ginkgo biloba, un árbol ornamental, habitual de calles, parterres, templos y jardines –pero menos frecuente en la naturaleza- cuya hoja adquiere un color amarillo vibrante diferente al de culaquier otro árbol de los contornos.
Japón es un país muy alargado; de norte a sur abarca más de 3.000 kilómetros, por lo que cuenta con diferentes climas. Esto quiere decir que la llegada del otoño se puede extender a lo largo de tres meses, dependiendo de la latitud. En la isla de Hokkaido, en el extremo septentrional del país, empieza a principios de septiembre. En el extremo sur de Honshu, la isla principal, donde están Tokio, Osaka y Kioto, las hojas empiezan a cambiar de color a finales de noviembre/principios de diciembre.
En esta web se da información actualizada y comprobada sobre el terreno sobre la llegada del otoño y la evolución del color de la hojas en cada región del país:
Lugares recomendables para disfrutar el otoño japonés
Casi todos los bosques, jardines y templos del país se visten de colores amarillos, rojos y ocres en otoño, pero puestos a elegir, estos serían tres de los lugares imprescindibles de ver en estas fechas:
1. Kioto: la antigua capital imperial es el lugar perfecto porque está llena de jardines y santuarios y rodeadad de montañas boscosas.
Momento estelar: finales de noviembre / princpios de diciembre.
2. Nikkō: una ciudad balneario en las montañas, a unos 150 kilómetros al norte de Tokio, declarada Patrimonio de la Humanidad. Además de los bosques circundantes, hay muchos templos bellamente ajardinados.
Momento estelar: mediados de octubre.
3. Hachimantai: una localidad al norte de la isla de Honshu, cerca de Aomari, con enormes bosques de arces y otras especies caducifolias.
Momento estelar: finales de septiembre.
4. Tokio: pese a ser una de las grandes aglomeraciones de asfalto y cemento del globo terráqueo, cuenta con varios santuarios y grandes jardines llenos de árboles caducifolios, como los jardines de Rikugi-en, en Komagome; los de Kyu-Shibarikyu o los de Koishikawa Korakue.
Momento estelar: finales de noviembre/principios de diciembre.
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