¡El nanaísmo va a llegar!

A lo largo de los diversos programas literarios de Fernando Sánchez Dragó se ha hablado de muchos -ismos: el surrealismo, el dadaísmo, el fascismo, el marxismo, etc, y también, en la mayor anécdota literaria de la caja tonta (con permiso del "yo he venido aquí a hablar de mi libro" de Paco Umbral), del milenarismo, en boca de un diminuto e iluminado (o borracho, aunque él lo niega) Fernando Arrabal. Pues bien, Sánchez Dragó tiene nuevo programa, Libros con uasabi, y no ha tardado en aparecer un -ismo novedoso: el nanaísmo. Dice Dragó que el suyo es un programa nanaísta y que esta corriente, que critica la crisis de valores rampante y la degradación ética y cultural, pretende ser la primera vanguardia del s. XXI. Al parecer este nuevo movimiento tiene que ver con la canción popular, lo taurino, los clásicos, la cultura francesa y el Atlético de Madrid, entre otras cosas, así que telefoneamos a su sede.

- Galería Modus Operandi. ¿Dígame?

- Hola, buenos días, quería hablar con algún líder nanaísta.

- Sí, pero lo mejor será que os acerquéis hasta aquí, para que veáis bien la seriedad de lo que hacemos.

Y vaya si es serio. Cuando llegamos a la galería, no muy lejos del estadio Santiago Bernabéu, nos reciben el director Manuel Marqués y la directora adjunta Laura Darriba (que parecen ser el equivalente en el nanaísmo a lo que fue André Breton en el surrealismo o Tristan Tzara en el dadaísmo) y nos muestran algo de su intensa actividad: convocatorias para exposiciones de arte nanaísta, edición de libros y discos, teatro los fines de semana y hasta distribución de alimentos artesanales. Aquí le dan a todo. Miembros de esta tribu son algunas celebridades como Miguel Rellán, El Langui, Luis Eduardo Aute, Josema y Millán (ex Martes y Trece), Juan Ramón Lucas o Juan Luis Cano, de Gomaespuma. Hasta Miriam Díaz Aroca o Arévalo. Y el propio Dragó, claro. Pero hemos venido aquí para algo: ¿qué demonios es eso del nanaísmo?

M.M. Es la primera vanguardia del s. XXI, aunque algunos podrían pensar que es la última de las retaguardias. La palabra viene de "nada de nada", que es lo que exclama un nanaísta cuando se asoma a la ventana de la sociedad actual. Yo me considero progresista, pero en el progreso también se cuenta la conservación de la rica tradición artística y cultural que tenemos en España. Otra de las razones para el nanaísmo es que queríamos divertirnos. Y la verdad es que lo pasamos muy bien.

Los nanaístas han redactado un manifiesto muy cachondo en el que, entre otras cosas, reivindican esta tradición, en especial el surrealismo español, y esa línea que encuentran desde El Greco y el Siglo de Oro hasta la Escuela de Vallecas y la Escuela de Madrid, pasando por Velázquez, Goya o Solana (opinan que los jóvenes artistas actuales no comparten esta tradición y que el s. XIX es el apogeo del hombre, "mientras que en el XX se pone a tirar bombas atómicas"). Más referentes: Miguel Mihura, Jardiel Poncela, Berlanga, Azcona, Faemino y Cansado.

O la canción popular, o la tradición francesa, "un país que sabe poner en valor su cultura". Se ponen pelín neoliberales cuando critican la "anomia y los estómagos agradecidos" que ha creado el Estado de Bienestar, y luego se ponen rebeldes al estilo que propuso Albert Camus. La siesta es para ellos el "yoga ibérico", como dijo Cela. Y también reivindican una cosa muy española y muy poco vanguardista como la tauromaquia, de hecho en la galería se encuentran varias alusiones taurinas.

Tentaciones. He mostrado a varias personas el manifiesto nanaísta y la mayoría comulgan con todos los puntos menos con la defensa del toreo.

M.M. Esta era una cosa que sabíamos que a corto plazo nos iba a restar. Sin embargo también hay nanaístas que no son taurinos y que han expuesto aquí. Estamos a favor del entendimiento: sin ir más lejos, Laura no es taurina. Pero hacer un manifiesto con el que estuvieran de acuerdo el 100% de los españoles era lo fácil.

L.D. Aquí nos fijamos más en la obra del artista que en su ideología. Al final, mediante el diálogo, siempre se pueden acercar posturas.

T. Con tanta tradición, ¿qué es lo que hace del nanaísmo una vanguardia?

M.M. Pues el mero hecho de presentarnos como vanguardia en estos tiempos ya es vanguardista. Y hacer un manifiesto políticamente incorrecto.

T. ¿Tiene el arte nanaísta algunas características especiales?

L. D. No, más que una forma de hacer arte, el nanaísmo es una filosofía de vida

El nanaísmo, como decimos, ha alcanzado cierta notoriedad gracias al programa Libros con uasabi. Resulta que en esta galería le dieron un premio a Andrés Calamaro y el músico no pudo venir a recogerlo. Así que envió a un amigo. Ese amigo era Sánchez Dragó, que se quedó encantado al leer el manifiesto. Ahora, desde la galería, también llenan de arte el plató de su programa. Y aparece mucha gente por aquí preguntando por este movimiento. Vamos, como nosotros.

T. Otro punto controvertido es el tema futbolístico: decís que el Cholismo Ilustrado será algún día enseñado en las escuelas. ¿Por qué los nanaístas son del Atlético de Madrid?

M.M. Nos dimos cuenta de que el Atleti era el único equipo que, por su idiosincrasia, ya tenía seguidores antes de existir. Son los preatléticos. Hemos hecho una plantilla con ellos: San Agustín es el portero y Sócrates el defensa central. También están Dostoievsky, Marco Aurelio, Jenofonte, etc. Los nanaístas pueden sugerir nuevos preatléticos. Por ejemplo, el otro día vino Patxi Andión diciendo que Cicerón es nanaísta. Nos lo pasamos muy discutiendo si los aceptamos o no.

T. ¿Se puede ser madridista y nanaista?

M.M. Como en el caso del toreo, sí. Pero ningún nanaísta hubiera pitado a Fernando Hierro, Raúl o Iker Casillas. Y también se puede ser nanaísta estando en contra del fútbol, como es el caso de Dragó.

T. ¿Dentro de este movimiento habrá herejías y expulsiones como en otras vanguardias?

M.M. Por supuesto, habrá de todo.

T. Tenéis mucha vinculación con la gastronomía. ¿Qué come un nanaísta? ¿Acepta la carne procesada?

M.M. Al nanaísta le gustan los productos artesanos, ecológicos, de proximidad. Nos gusta ser cercanos a los agricultores, que siempre fue el oficio más digno, propio de hombres libres. Pero la comida nanaísta por excelencia es el chocolate (Nietzsche era un gran comedor de chocolate). Además, pronto vamos a sacar un libro de recetas nanaístas, que hablará de grandes hombres de la historia que han defendido algún alimento. A Pitágoras le encantaba la miel. A pesar de defender lo agroecológico, pensamos que la gula es de los mejores vicios.

T. ¿Tiene el nanaísmo algún objetivo político? ¿Dominar el mundo?

L.D. Bueno, eso de dominar el mundo estaría bien.

M.M. Sí, pero esperemos que nunca haya un partido político nanaísta. Estamos en contra de la política.

L.D. Más bien de la forma en la que se hace política y se habla de política en este pais, siempre en busca de la confrontación. Estamos a favor de la cooperación

T. ¿Vive el nanaísta mosqueado ante el mundo actual?

L.D. Mosqueado no es la palabra. Vive en desacuerdo, algo perplejo, está en desacuerdo.

T. ¿Cómo sería un mundo nanaísta?

M.M. Feliz.

 Actualmente en la Galería Modus Operandi (c/ Reina Mercedes, 5) puede visitarse, hasta el 21 de diciembre, la exposición Nanaísmo: Otoño con artistas como José María Casanova, Álvaro Escriche, Carlos I. Faura, Lucie Geffré, Elena Guerrero, Rafael Jiménez, Pablo Lozano, Pablo Maeso, Fernando Palacios, Pedro José Pradillo y Diego Vasallo