Historias de Kazajistán (IV): Turkestan
Parece un trabalenguas, pero no lo es. Turkestan fue una de las ciudades más prósperas de la Ruta de la Seda. Hoy forma el complejo arqueológico más importante del Kazajistán y un famoso lugar de peregrinación para los musulmanes del Asia Central. Pero, ¿merece la pena la visita?
Para llegar a Turkestan hay que ir primero a Shymkent, la mayor ciudad al suroeste de Kazajistan. Y se puede ir de dos maneras: en avión (apenas una hora desde Almaty) o en 14 horas de tren nocturno. Por supuesto... ¡me decidí por el ferrocarril!
Me encanta viajar en tren; es la velocidad perfecta para deleitarse con el paisaje (también lo es la bicicleta) y a la vez socializar con la población local. El escritor Paul Theroux, que aunque no es santo de mi devoción (su ego es solo superado por el volumen de la catedral de Compostela) tiene algunas frases memorables, decía que "no existe ningún medio de transporte que invite más a la observación detallada que el tren".
Los trenes kazajos son además de una calidad y puntualidad aceptables, incluso hay varias unidades del Talgo españolque cubren la distancia entre Almaty y Astana (1.300 km) -la dos principales ciudades- en solo 12 horas. Pero las estaciones, los revisores y -sobre todo- las cortinas del vagón restaurante tienen aún un aroma tan soviético, tan estilo "Telón de Acero", que los hace trasnochadoramente encantadores.
Luego desde Shymkent quedan otras dos horas por carretera (3 € en taxi colectivo; 200 dóalres si quieres alquilar una van privada para un grupo) hasta la ciudad de Turkestan, antigua capital de un kanato.
Turkestan es la única ciudad de Kazajistán donde quedan rastros de aquel esplendor de la Ruta de la Seda. Pero ¿merece la pena?
Si he de ser sincero, Turkestan produce sentimientos encontrados. Si anteriormente has viajado por Uzbekistán y ya conoces las grandes ciudades medievales de la Ruta de la Seda, como Khiva, Bukhara o Samarcanda, Turkestan te decepcionara (como me pasó a mi). Si no las conoces, puede que sus ruinas te impresionen un poco más.
En realidad del viejo Turkestan solo queda el mausoleo de Khoja Ahmed Yasawi, un gran -aunque inconcluso- edificio recubierto de azulejos vidriados mandado construir en el siglo XIV por el gran Tamerlán. Es uno de los centros de peregrinación más famosos del Asia Central. Dicen que tres peregrinaciones a este lugar santo equivalen a una a La Meca.
Además se puede visitar la reconstrucción de una mezquita sufí subterránea, algunos mausoleos menores, unos baños del siglo XV (que son realmente bellos) y parte de la muralla que rodeaba la ciudad y una de sus puertas.... pero también reconstruidas.
El conjunto es bello y está muy bien cuidado, con unos grandes pabellones modernos que acogen casas de artesanos y un bazar de souvenirs para turistas.
Pero desde luego que nadie espere encontrar la ciudad medieval de estrechos callejones, bazares ruidosos, cúpulas doradas y altivos minaretes. Turkestan no es Khiva ni Bhukhara; es otra cosa.
¿Merece la pena el viaje el largo hasta allí? Es una decisión que tiene que tomar cada uno.
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