Cuando el trabajo agota: desmayos de políticos y ejecutivos ante la cámara
El desvanecimiento de Janet Yellen ha sido el reciente de los vahídos en los últimos años
Son muchas las ocasiones en las que políticos o altos ejecutivos han sufrido un desmayo o un vahído. La última en sufrir los efectos del cansancio, el calor o el estrés fue la presidenta de la Reserva Federal de EE UU, Janet Yellen, que tuvo que recibir atención médica este jueves tras pronunciar un discurso en la Universidad de Amherst (Massachussets). La máxima responsable del Tesoro estadounidense llevaba cerca de una hora hablando de los tipos de interés cuando padeció un ataque de tos y antes de leer las últimas líneas, dijo: "Déjenme parar aquí". Según un portavoz de la Reserva Federal, Yellen, de 69 años, "sufrió una deshidratación al final de un largo discurso bajo unos potentes focos". Después, se recuperó y continuó con la agenda prevista.
Harald Krueger, el consejero delegado de BMW, también sufrió recientemente un desmayo durante una presentación en la Feria Automovilística de Fráncfort. El vahído le hizo desplomarse mientras se dirigía a la prensa y tuvo que ser levantado por dos guardaespaldas. Al final, todo quedó en un susto.
El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, perdió la consciencia levemente durante su intervención desde la tribuna en el debate sobre el estado de la nación. La vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, decidió hacer una pausa de diez minutos tras el mareo. El diputado fue trasladado al hospital y le realizaon un chequeo por precaución. Más tarde, Balldoví publicó en su cuenta de Twitter que se sentía "bien, querido y afortunado", y dio las gracias "a todas y todos".
El jefe del Estado luso, Aníbal Cavaco Silva, se desmayó el año pasado mientras pronunciaba su discurso frente a las tropas -televisado en directo a todo el país- con motivo del Día de Portugal. Tuvo que ser retirado del estrado, aunque finalmente logró regresar para terminar su intervención.
El político italiano Silvio Berlusconi, se desmayó hace años mientras pronunciaba un discurso en la localidad italiana de Montecatini. Berlusconi hizo gestos de sentirse mal, lo que provocó la inmediata subida al palco de Scapagnini y de los guardaespaldas para evitar que cayera al suelo. En un momento de su intervención, transmitida por algunos canales de televisión, y cuando hablaba de la "herencia política", Berlusconi comenzó a expresarse con fatiga y dijo: "Ahora, perdonad la emoción", tras lo que empezó a desplomarse, mientras se agarraba con fuerza al atril. Posteriormente un helicóptero le trasladó a Milán y estuvo un día bajo observación.
Y uno de los desmayos más vistos fue el del expresidente cubano Fidel Castro, que sufrió una lipotimia en 2006. El exejecutivo se encontraba en el Cotorro, en un municipio de la Habana, dando un discurso público transmitido en directo por televisión que duró tres horas. Fidel Castro estuvo ausente durante 15 minutos en un discurso público y nadie sabía lo que había ocurrido. Al día siguiente el diario Juventud Rebelde se refería en un editorial a esos 15 minutos como 'instantes de conmoción'.
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