Berlusconi se desmaya durante un discurso
El ex primer ministro ingresa en un hospital de Milán para ser sometido a observación
El líder de la oposición conservadora italiana, Silvio Berlusconi, se desmayó ayer mientras pronunciaba un discurso en la localidad italiana de Montecatini, aunque finalmente abandonó por su pie el palacio de los deportes donde se celebraba el acto. Un helicóptero le trasladó a Milán, donde anoche quedó ingresado para ser sometido a observación.
Su médico, Umberto Scapagnini, uno de los primeros en socorrerle, dijo al principio que se trató de "una lipotimia muy breve, una pérdida del conocimiento que ha durado unos segundos, debido a un fuerte cansancio, junto al gran calor". Berlusconi sufrió "un malestar pasajero, tanto que ni siquiera ha hecho falta hacerle un electrocardiograma", añadió el médico, que es además alcalde de Catania.
El ex primer ministro pronunciaba un discurso en el congreso del Círculo de los Jóvenes, cuando hizo gestos de sentirse mal, lo que provocó la inmediata subida al palco de Scapagnini y de los guardaespaldas para evitar que cayera al suelo. En un momento de su intervención, transmitida por algunos canales de televisión, y cuando hablaba de la "herencia política", Berlusconi comenzó a expresarse con fatiga y dijo: "Ahora, perdonad la emoción", tras lo que empezó a desplomarse, mientras se agarraba con fuerza al atril. Berlusconi fue llevado en volandas a una habitación preparada detrás del escenario para ser atendido por los médicos donde, según el doctor citado, se le recostó, "recuperó enseguida el conocimiento" y la tensión arterial volvió "a valores normales", por lo que "ha sido un episodio insignificante".
Una hora después, Berlusconi salió por su propio pie mientras saludaba a la multitud que se había arremolinado fuera, y partió en coche para ser trasladado en helicóptero al hospital de San Raffael, en Milán. El propio Berlusconi indicó que los médicos habían detectado "algo en el electrocardiograma" que le hicieron, relacionado con los movimientos sistólicos. "Quieren tenerme un día bajo observación. Así que me quedo en el hospital", añadió.
El ex subsecretario de Medio Ambiente Roberto Tortoli, presente en el acto, señaló que Berlusconi estaba tomando antibióticos y que cuando llegó al lugar del discurso "había dicho que sentía calor y tenía sed". Un portavoz contó que se dieron cuenta de que el líder conservador se estaba recuperando cuando "se puso a bromear" con el cardiólogo que le atendía, que lleva una larga barba entrecana, y al verle exclamó: "¡Ay Dios, Bin Laden!",
El primer ministro italiano, Romano Prodi, tras conocer la indisposición de Berlusconi, le dirigió un mensaje. "Estoy muy preocupado por lo sucedido mientras hablabas con tu habitual empuje a los jóvenes de tu partido", dijo el primer ministro. "Estoy seguro de que se ha tratado de un pequeño problema y te deseo una rápida recuperación".
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