Post vacaciones
¿Ustedes creen que el hijo de Carolina de Mónaco ha sufrido alguna vez de retortijones un domingo por la noche antes de dar la cena a los críos pensando en el lunes? Yo creo que no
Sí, lo se; este es el peor lunes del año. Están ustedes como para leer columnitas y menos sobre frivolidades. Vuelta al tajo, con un año enterito por delante: la cuesta de enero, las alergias primaverales y las elecciones, antes de que llegue agosto otra vez. ¡Uf! Solo de pensarlo a uno le entran ganas de dejarse devorar por una manada de pastores alemanes a dieta de pienso light. Por si no lo sabían ya —cosa dudosa entre los avezados lectores de este diario— a ese aleteo en el estómago y las ganas de gritar "¡Mamáaaaa, no quiero ir al coleee!" que le han entrado antes de salir hacia el curro se le llama "síndrome postvacacional", y es una patología que solo afecta a la clase media.
¿Han oído ustedes hablar de los beautiful blue-blooded? Si leyeran más revistas en vez de tanto artículo sesudo sobre las eventuales consecuencias del precio del crudo no tendría una que explicarlo todo. Son los jovencitos de la aristocracia a los que les de igual Semana Santa que Navidad.
¿Ustedes creen que el hijo de Carolina de Mónaco ha sufrido alguna vez de retortijones un domingo por la noche antes de dar la cena a los críos pensando en el lunes? Yo creo que no. Aunque a mí, la que me tiene preocupada es Amal Clooney, née Alamuddin. Si yo fuera uno de sus clientes y viera a mi futura defensora de parranda en Ibiza promocionando tequila la cambiaría por un señor con barriga y menos lentejuelas. Y juro que no es machismo.
Piensen en ello y salgan contentos a trabajar.
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