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CLAVES
Columna
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Opiniones según quién

A este paso va a haber que hacer festivales de música proisraelíes y propalestinos

Jorge M. Reverte

La verdad es que es muy difícil organizar un festival de música y que alguno de los participantes no te conteste a un sencillo cuestionario sobre política internacional. Desde luego es el caso del festival Rototom de Benicàssim. Un cantante judío llamado Matisyahu no se ha pronunciado sobre qué piensa en torno al conflicto judío-palestino.

Esta no era una cuestión relevante en torno al festival hasta el lunes pasado. Seguramente hay muchas otras cuestiones importantes en la esfera política, que tampoco lo eran, como por ejemplo el Toro de la Vega en Tordesillas, o las agresiones homófobas en Kenia.

Lo cierto es que el chaval no ha dado para el gran público ningún asomo de pensamiento político xenófobo hasta ahora. Lo que sí ha conseguido es que una enorme cantidad de asociaciones judías hayan formado un frente solidario con él que es cierto que provoca una gran simpatía. En ese caso, a los demás participantes no se les ha pedido ninguna declaración de principios. Por ejemplo, si están a favor de las violaciones de mujeres o no.

Construyamos un argumento tan sólido como sutil: los defensores del Toro de la Vega defienden una tradición cultural de tortura propia de salvajes y los de Compromís, interrogatorios progresistas inspirados por nazis.

Este tipo de debates consiguen que pase a segundo plano la burrada de las autoridades israelíes protegiendo a los terroristas de extrema derecha que abrasan vivos a niños palestinos y navajean a activistas gais judíos. Los ciudadanos israelíes que están fuera en la ultraortodoxia la sufren todos los días junto con los palestinos.

La política sobre estos asuntos suele ser, en nuestro país, demasiado ingenua y presta a caer en manos de gente sin cabeza y sin capacidad de juicio. No se puede dejar la cultura ni en las manos de los carcamales de siempre, ni en las igualmente poco ilustradas de la gente que habla mucho de autogestión pero suele saber poco de qué es lo que se está gestionando. A este paso va a haber que hacer festivales de música proisraelíes y propalestinos. No avanzamos, pese a los esfuerzos de Barenboim. Y a que los centra en España.

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