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Vistiendo a Hollywood

La legendaria diseñadora de vestuario Joanna Johnston hace doblete en la cartelera española

Toni García
Fotograma de la cinta 'Salvando al soladado Ryan'.
Fotograma de la cinta 'Salvando al soladado Ryan'.cordon press

“Las películas de espías son las más sencillas desde un punto de vista puramente profesional: siempre tienen que lucir sexis y elegantes y eso los convierte en un trabajo divertido cuando se trata de vestirlos”, dice Joanna Johnston, entre risas, mientras presenta a EL PAÍS una colección de trajes de su última película, Operación U. N. C. L. E., en un hotel de la ciudad de Roma, donde se rodó parte del filme que se estrenó la pasada semana en España. Johnston es una de las diseñadora de vestuario más influyente de las últimas dos décadas, especialmente por su trabajo junto a Steven Spielberg y Robert Zemeckis, en películas como Quién engañó a Roger Rabitt, Forrest Gump, Munich, Indiana Jones y el templo maldito, La guerra de los mundos, Salvar al soldado Ryan y Lincoln, por la que obtuvo su primera nominación a un Oscar.

La diseñadora y estilista Joanna Johnston.
La diseñadora y estilista Joanna Johnston.WIRELMAGE

Ahora, la británica se embarca en una misión para Guy Ritchie, el director de Snatch y la franquicia de Sherlock Holmes, que a su vez adapta la legendaria serie The man from U. N. C. L. E., muy popular en los años 60. “Guy es un hombre muy tranquilo, extremadamente relajado, y para mí fue un trabajo maravilloso. Un espía en los 60, en plena Guerra Fría, es todo un reto. Me fijé en Alain Delon o Steve McQueen, que tenían exactamente ese look cool que necesitábamos: hombres muy masculinos pero con un punto de vulnerabilidad que hacía que gustaran por igual a personas de ambos sexos”, cuenta Johnston, frente a un panel lleno de fotos de los actores y bocetos que le servirían de guía.

“Creo que es importante distinguir entre creación y recreación. Lo que he hecho para Operación U. N. C. L. E. o Misión imposible: Nación fantasma [en cartelera desde el 7 de agosto] es pura creación. ¡Últimamente parece que sólo me dedico a vestir a espías! Para Armie Hammer y Henry Cavill elegí un look clásico, de camisa y corbata; aunque Armie luzca a veces una simple americana, y pensé en tejidos como el tweed pero introduciendo un punto de color para evitar la monotonía”, dice la británica. “En cambio con Alicia Vikander [la protagonista femenina del filme] nos la jugamos un poco más, decidimos vestirla de forma muy chic, muy afrancesada, para que contrastara con los dos caballeros. Con Tom Cruise sacamos todas las chaquetas de piel del armario”, comenta entre risas.

Johnston, toda una veterana en la trastienda de Hollywood (esa que nunca aparece en las carteles) reconoce que su trabajo no es siempre tan sencillo. “Tengo un equipo maravilloso y que trabaja muy rápido, con dos de los mejores sastres del mundo, pero en ocasiones, como en Lincoln o en Salvar al soldado Ryan, cuando debes mantenerte fiel a ciertos códigos estéticos, la cosa se complica rápidamente. ¿Lo más difícil que he hecho? Salvar al soldado Ryan, porque había que ser extremadamente cuidadoso con los uniformes, no podíamos inventar nada, hicimos cientos y todos debían ser perfectos y responder fielmente a la jerga militar”, explica. “Al final compensa porque tienes a alguien como Steven Spielberg que le saca provecho a cada centímetro de tu trabajo, pero la velocidad a la que tienes que moverte (Steven rueda muy rápido) es muy estresante. ¡Se lo aseguro!”.

La diseñadora se encuentra ya enfrascada en su último proyecto, The BFG, una película basada en el libro de Road Dahl, de nuevo con Steven Spielberg a los mandos. “Me encanta trabajar con Steven, ya no sé cuántas películas hemos hecho juntos, pero es un hombre que te da todo el espacio del mundo y que confía plenamente en su equipo. Sería incapaz de trabajar con alguien que necesita darte ordenes cada cinco minutos. Con Steven el proceso es sencillo: él me dice lo que quiere, yo le digo lo que opino y al final nos encontramos a medio camino. Con Guy Ritchie sucede lo mismo, por eso hemos estado tan a gusto en Operación U. N. C. L. E.”. “¿Qué si he trabajado con alguien a quien no soporte? (Risas) Vamos a dejarlo ahí”.

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